Blindados 8×8 Dragón, historia de un programa encallado

Evento simbólico de corte de la primera plancha de blindaje de un Vehículo de combate de Ruedas (VCR) 8x8 Dragón en 2015. EFE/Eloy Alonso

Madrid, 10 dic (EFE).- El 8×8 Dragón, el nuevo blindado del Ejército de Tierra para sustituir a los BMR, encadena años de retrasos injustificados que han encallado uno de los programas estrella de Defensa y han llevado a la ministra Margarita Robles a amenazar varias veces con imponer sanciones a Tess Defence, fabricante del vehículo.

El último tirón de orejas de Robles a Indra, principal accionista de ese consorcio del que forman parte también Escribano, Santa Bárbara Sistemas y SAPA, ha sido esta misma semana tras una reunión con sus responsables, a los que manifestó su preocupación por los retrasos y avisó con tomar las «medidas oportunas».

Ya en diciembre del pasado año, Defensa amagó con imponer una sanción multimillonaria a Tess Defence por incumplir su compromiso de entregar ese mes las primeras 92 unidades de ese nuevo vehículo de combate sobre ruedas 8×8.

2019, luz verde al primer contrato

Aunque los primeros pasos del programa se dieron en 2007, la crisis económica de 2008 desbarató los planes y el proyecto se retomó en 2015 con la aprobación de una inversión de 89.298.000 euros para el desarrollo de los programas tecnológicos asociados al futuro vehículo de combate sobre ruedas 8×8.

Pero no fue hasta julio de 2019 cuando el Consejo de Ministros dio luz verde a la celebración del primer contrato para la fabricación de 348 vehículos de combate 8×8 por valor de 2.100 millones, con el objetivo de que los blindados se fueran entregando progresivamente hasta el año 2025.

Tras quedar desierto el concurso al no cumplir la empresa adjudicataria, Santa Bárbara Sistemas, con el pliego de condiciones, el Gobierno volvió a sacar de nuevo la licitación.

En mayo de 2020, Indra, Santa Bárbara, Sapa y Escribano constituyeron una sociedad anónima, Tess Defence, con el objetivo de optar al contrato y ejecutar ese programa armamentístico.

Tres meses después, el 25 de agosto, el ministerio y Tess firmaron el contrato para el suministro de 348 vehículos con un plazo de entrega estimado de siete años.

La fabricación en serie comenzó a finales de 2021 en la factoría de Santa Bárbara en Trubia (Oviedo).

11 vehículos entregados

Aunque el compromiso de Tess Defence era entregar en diciembre de 2024 las primeras 92 unidades, no ha sido hasta mayo de este año cuando el Ejército de Tierra ha recibido la primera partida de 11 vehículos.

«Ya son de su propiedad», anunció en junio el director general de Santa Bárbara, Juan Escriña, en un encuentro con medios de comunicación, en el que se mostró optimista sobre el buen ritmo que iba a alcanzar la producción a partir de ese momento.

La previsión de Indra es que se entreguen entre 60 y 80 blindados antes de que acabe este año, según aseguró su presidente, Ángel Escribano, durante la presentación de los resultados del primer semestre de la compañía el pasado mes de julio.

Columna vertebral del Ejército de Tierra

Según los responsables de Defensa, estos nuevos blindados pretenden convertirse en la ‘columna vertebral’ del futuro Ejército de Tierra una vez sustituyan a los BMR que ya han superado su ciclo de vida.

Estos vehículos fueron retirados de determinadas operaciones internacionales por sus deficiencias y carencias de seguridad y tras varios accidentes, algunos con fallecidos, pero aún se mantienen en misiones como la de Líbano.

El 8×8 no solo va a aportar nuevas capacidades y mejorar la protección de los soldados, sino que también supone un salto tecnológico muy significativo respecto a los vehículos actuales, según Defensa.