(Actualiza con nuevas declaraciones del ministro del Interior y de sindicatos)
París, 10 sep (EFECOM).- ‘Bloqueemos todo’, el heterogéneo movimiento de protesta contra la austeridad, no logró paralizar este miércoles a una Francia blindada con 80.000 policías, pero sí atrajo a 175.000 manifestantes, más que lo esperado, en una jornada salpicada de puntuales altercados en las grandes ciudades.
En su balance provisional, el Gobierno francés informó del arresto de al menos 473 personas -203 de ellas en la región parisina- y de la participación de 175.000 manifestantes (más de los 100.000 esperados) en casi mil actos y concentraciones celebrados en todo el país.
Los grandes sabotajes en infraestructuras esenciales para el país, como las energéticas, no se produjeron, aunque sí hubo acciones de boicot puntuales en algunas líneas de tren, como el tramo entre Toulouse y Auch, así como intentos de invadir las líneas férreas en la estación del Norte de París, la más frecuentada de Europa. Los activistas también lograron cortar temporalmente autopistas y rondas de circunvalación de las grandes ciudades como París, Lyon, Marsella o Rennes. Un centenar de establecimientos educativos resultaron también afectados por los paros. La capital francesa fue uno de los epicentros de las protestas. Parte de su centro fue cerrado al tráfico y se registraron saqueos puntuales en el área comercial de Les Halles, que alberga también cines y una piscina. En esa misma zona, la fachada de un restaurante asiático ardió, una acción que las autoridades investigan como un acto involuntario y que no dejó víctimas. En su segunda comparecencia del día, el ministro del Interior en funciones, Bruno Retailleau, se felicitó de que se haya logrado «frustrar» el plan para bloquear Francia y agradeció «la reactividad» de las fuerzas del orden. «Ha habido muchas tentativas (de sabotaje), algunas violentas», recordó Retailleau, quien aseguró que la jornada de protestas contó con una gran mayoría de jóvenes y lamentó que haya sido «distorsionada» por «la extrema izquierda». Aunque no era una jornada oficial de huelga organizada por los sindicatos -quienes preparan la suya para el 18 de septiembre- la CGT, una de las principales centrales de Francia, cifró en 250.000 el número de manifestantes, un 25 % de huelguistas en la empresa pública de trenes SNCF y el cierre total del museo de Orsay y el parcial del Louvre. Los manifestantes de ‘Bloqueemos todo’ se habían movilizado, en un primer momento, contra el paquete de recortes que el Gobierno del anterior primer ministro François Bayrou preparaba para el presupuesto de 2026 para recudir el alto endeudamiento del país y cumplir con los compromisos presupuestarios con la UE. Sin embargo, este mismo lunes, Bayrou cayó en la Asamblea Nacional y hoy mismo ha tomado posesión del cargo un nuevo jefe de Gobierno, Sébastien Lecornu, un macronista salido de las filas conservadoras fiel colaborador del presidente francés, Emmanuel Macron. Lecornu no ha dado pistas de qué tipo de medidas quiere poner en marcha en su proyecto presupuestario que ha de presentar antes de mediados de octubre. Inquina hacia Macron Uno de los hilos conductores de ‘Bloqueemos todo’ -un movimiento con algunas semejanzas con los ‘chalecos amarillos’ de 2018 por su carácter apartidario y su articulación en redes sociales- es la lucha contra el mal reparto de la riqueza y la inquina hacia Macron. Desde una plaza de la República de París acordonada por la policía, miles de personas participaron en una de las mayores protestas de la jornada. «El Gobierno no nos escucha y actúa como le da la gana sin tenernos en cuenta», denunció en declaraciones a EFE la estudiante de 18 años Léa, mientras sujetaba una original pancarta en la que relacionaba la manera de gobernar en la Francia de hoy en día con las causas que provocaron la Revolución Francesa, en 1789. Un participante más veterano, Rachid (56 años), criticó la distribución de la riqueza desde que Macron subió al poder en 2017. «Hay dinero en el país, solo que está mal repartido. Son siempre los mismos que se enriquecen cada vez más. Las principales fortunas han multiplicado su patrimonio de 14 a 15 veces, mientras los ciudadanos de a pie no llegan a final de mes», criticó este pequeño empresario de la construcción, de cuya espalda colgaban las banderas del Líbano, de Palestina y de Argelia.