Bolsonaro admite que buscó «alternativas» tras ser derrotado por Lula en 2022

El abogado Celso Vilardi (i) sostiene un documento junto del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro (d) en la segunda sesión de interrogatorio ante el Tribunal Supremo este martes, en Brasilia (Brasil). EFE/ Andre Borges

Brasilia, 10 jun (EFE).- El expresidente brasileño Jair Bolsonaro admitió este martes ante la Corte Suprema que después de su derrota en las elecciones de 2022 frente al actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva buscó «alternativas» dentro de la Constitución para revisar el resultado de las urnas.

«Discutimos posibilidades, alternativas, siempre dentro de la Constitución, sin salir de sus cuatro líneas», pero «abandonamos cualquier posibilidad de una acción constitucional y afrontamos el ocaso de nuestro Gobierno», declaró Bolsonaro en la Primera Sala del Supremo, que lo juzga por una supuesta conspiración golpista.

Algunos de los testigos del proceso, incluidos jefes militares de la época, han declarado que Bolsonaro discutió hasta la posibilidad de decretar un estado de sitio, anular las elecciones e intervenir la Justicia electoral, a fin de permanecer en el poder.

El líder de la ultraderecha solo admitió que tras los comicios tuvo diversas reuniones con comandantes militares, pero aseguró, sin embargo, que siempre se discutieron las posibles «alternativas» que daba la Constitución en caso de un eventual fraude, que no fue comprobado.

«El sentimiento de todo el mundo era de que ya no había nada que hacer» y que «no había clima ni había oportunidad para hacer cualquier cosa», declaró.

Aclaró además que, para declarar el país en estado de sitio, son necesarios diversos pasos previstos claramente en la Constitución «que no fueron dados» en ningún momento.

Bolsonaro responde ante la Primera Sala del Supremo, responsable por el juicio sobre esa presunta trama para impedir la toma de posesión de Lula después de su victoria en las urnas.

El exmandatario es considerado mentor de esa conspiración que, según la acusación de la Fiscalía, desembocó en el violento asalto a los tres poderes del Estado ocurrido el 8 de enero de 2023, una semana después de la investidura de Lula.

Sobre esos hechos, Bolsonaro dijo sentirse «alarmado» cuando se califica a esa movilización como golpe. «No hay un golpe sin liderazgo, sin financiación y con unos pocos miles de personas desarmadas», declaró.