Brasilia, 4 may (EFE).- El expresidente brasileño Jair Bolsonaro recibió el alta este domingo y salió por su propio pie del hospital de Brasilia donde estuvo internado durante tres semanas tras ser operado de una grave oclusión intestinal.
El líder ultraderechista de 70 años abandonó el Hospital DF Star acompañado de su esposa Michelle y de parte del equipo médico que cuidó de su salud.
El exmandatario saludó a un grupo de simpatizantes que se acercaron a la puerta de la clínica privada, donde estuvo ingresado desde la noche del 12 de abril, y habló brevemente con la prensa.
Aprovechó para volver a defender una ley de amnistía para los condenados por la asonada golpista del 8 de enero de 2023, cuando miles de bolsonaristas invadieron de forma violenta las sedes de los tres poderes de la Nación para incitar una intervención militar contra el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
“¿Por qué esa maldad con esas pobres personas que están en prisión? Algo quieren esconder…”, manifestó al sembrar sospechas sobre el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, instructor del caso.
Bolsonaro será juzgado por el Supremo bajo la acusación de liderar un intento de golpe de Estado para tratar de mantenerse en el poder, tras perder las elecciones de 2022 frente a Lula, y que tuvo como colofón el asalto a las instituciones del 8 de enero de 2023.
El ex jefe de Estado adelantó este domingo que pretende asistir a la manifestación que tendrá lugar el próximo miércoles en la capital brasileña a favor de esa ley de amnistía que ya tramita en el Parlamento.
“Reposo” y “dieta restringida”
No obstante, los médicos le recomendaron “reposo” y “evitar aglomeraciones” ante el riesgo de contraer alguna infección, y continuar con una “dieta restringida”.
Bolsonaro recibió el alta tras haber presentado una evolución positiva de la intervención en los últimos días, una vez superados algunos episodios de subida de presión arterial y una “inflamación del hígado”, según comentó este domingo el equipo médico.
El capitán retirado del Ejército, que gobernó Brasil entre 2019 y 2022, fue intervenido quirúrgicamente del intestino el 13 de abril, dos días después de manifestar intensos dolores durante un acto político en la ciudad de Natal.
Con esta última operación, el expresidente ya ha pasado siete veces por el quirófano para corregir problemas digestivos desde que en 2018 fuera apuñalado en el abdomen por un enfermo mental, durante un mitin celebrado en la ciudad de Juiz de Fora, en plena campaña para las elecciones de ese año.
La cirugía del pasado 13 de abril duró aproximadamente 12 horas, fue la más compleja a la que se ha sometido desde la puñalada y sirvió para desobstruir el intestino y reconstruir la pared abdominal, según sus médicos.
