Boric pide juzgar a Netanyahu por el genocidio en Gaza, una «crisis de humanidad»

El presidente de Chile, Gabriel Boric (i), en la Asamblea General de Naciones Unidas este martes, en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares

Naciones Unidas, 23 sep (EFE).- El presidente de Chile, Gabriel Boric, pidió hoy en la asamblea general de la ONU que se juzgue al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, por la masacre de civiles en Palestina y subrayó que el genocidio en Gaza «es una crisis de la humanidad».

En un duro discurso, el mandatario chileno también condenó los ataques israelíes en Qatar, los bombardeos sobre Irán y la invasión de Ucrania, e insistió en que hay que combatir el odio y fortalecer el sistema multilateral antes de criticar con dureza y de forma directa el discurso dado horas antes por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

«A estas alturas yo ya no sé qué decir de Gaza, porque muchos lo han dicho todo, desde esta tribuna y desde otras, pero por sobre nuestras palabras -de quien quiera que vengan- resuenan las miradas muertas de quienes siendo inocentes han perdido la vida. Hoy, siendo 2025, son miles los seres humanos inocentes que pierden la vida solo por ser palestinos, tal como hace 80 años millones la perdían solo por ser judíos», aseguró el mandatario

«Entonces, más que hablar de cifras, de condenas, o exigencias, quisiera hoy hablar de humanidad. Gaza es una crisis global porque es una crisis de la humanidad. En esta sala y quienes nos escuchan, somos todos seres humanos. Por eso, cuando debajo de los escombros yacen niños y niñas, hay un dolor genuino en nuestra patria, en Chile y sé que es compartido en la gran mayoría de los países del mundo”, destacó.

En este punto fue cuando el mandatario chileno señaló por su nombre al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, del que dijo desearía ver frente a un tribunal internacional como ocurrió en los genocidios de los Balcanes o Ruanda.

«No quiero ver a Netanyahu destrozado por un misil junto a su familia, quiero ver a Netanyahu y a los responsables del genocidio contra el pueblo palestino enfrentados a un tribunal de justicia internacional”, subrayó entre los aplausos de los asistentes tras subrayar que el «odio engendra violencia».

«Uno de los problemas que enfrentamos como humanidad es que muchas veces el dolor engendra odio, pero debemos enfrentarlo y transformar las ansias de odiar en deseos de justicia. No hacer ninguna concesión a la violencia”, recalcó.

Boric aseguró, a continuación, que «la guerra en Ucrania también nos violenta» y subrayó que ambos conflictos se equiparan porque en los dos sufre la humanidad.

«Algunos se preguntará qué tiene que ver con Chile lo que pasa en un país que queda tan lejos y cuyo idioma no entendemos. Algunos lo critican con estos argumentos en nuestra patria y le respondemos que lo mismo tenemos que ver con la madre Palestina acribillaba cuando buscaba comida o con el niño o la niña ucraniana raptada hoy día en Rusia porque somos todos seres humanos», recalcó antes de iniciar su defensa del multilateralismo y las leyes y los organismos internacionales.

«No podemos permitir que (el mundo) deje de conmoverse frente al dolor, frente a la necesidad de otro como nosotros. Para ello es que justamente nos hemos dado reglas, reglas que son avances civilizatorios, producto de aprendizaje de las más grandes tragedias que hemos enfrentado como humanidad», afirmó.

«Y esas reglas, hay que decirlo desde esta tribuna y actuar desde esta instancia, hoy no se están respetando porque, digámoslo con fuerza, no está bien invitar a negociar a un país neutral y asesinar a tu contraparte, violando la soberanía de ese país, como se hizo en Doha, Catar. No está bien bombardear las instalaciones nucleares de un país, tal como ayer, tampoco estaba bien invadir Irak argumentando armas de destrucción masiva que no existían», agregó.

Boric prosiguió diciendo: «No está bien invadir un país soberano como Ucrania y después imponer una negociación sobre hechos consumados y que todos nos resignemos sin más a ello, como lo recordaba el escritor francés Albert Camus, a propósito de la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, si no creemos en nada, si nada tiene sentido y no podemos invocar ningún valor, entonces todo está permitido. No hay ni bien ni mal. Y nada tiene importancia».

«Todos quienes vivan sin condenarlo, con todas sus fuerzas, son de vuna manera tan homicidas como el que hace caer la bomba o el que aprieta el gatillo, especialmente teniendo la voz y el poder de decir basta, como precisamente lo tenemos todos los líderes que estamos en esta sala, tenemos una responsabilidad mayor», concluyó.