São Paulo, 19 may (EFE).- La transición de Brasil hacia un modelo económico circular puede no solo contribuir a la mitigación de los efectos de la crisis climática, sino abrir nuevas oportunidades de negocio e incrementar las exportaciones del país.
Así lo explicó en entrevista con EFE el secretario de Economía Verde del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio, Rodrigo Rollemberg, quien destacó que Brasil “no quiere” ser solamente un productor de materias primas sostenibles o exportar tierras o minerales estratégicos.
“El mercado está globalizado y las oportunidades también. Queremos formar parte de la cadena y que la agregación de valor de los productos ocurra aquí, lo que también va a generar una gran oportunidad para la exportación de materiales destinados a la industria global”, sostuvo.
Rollemberg subrayó que Brasil ya es el “destino ideal” para empresas de todo el mundo que necesitan acelerar sus procesos de descarbonización a un costo más bajo y, en este sentido, recalcó la importancia del Plan Nacional de Economía Circular.
Aprobado este mes, el plan prevé 71 acciones que abarcan el entorno normativo, la innovación y la educación, la reducción de residuos, los instrumentos financieros y la articulación entre los estados brasileños.
“Es una hoja de ruta para que pueda convertirse en un líder en economía circular, un modelo que se presenta como una gran oportunidad para el país”, afirmó.
Nuevas oportunidades

De acuerdo con un estudio de Accenture en 2019, la economía circular podría movilizar, a nivel global, unos 4,5 billones de dólares en oportunidades de negocio hasta 2030.
Asimismo, una encuesta de Euromonitor publicada en 2022 indicó una “alta disposición” por parte de los consumidores para pagar más por productos sostenibles, incluso en países en desarrollo como India o China.
Ante este contexto, la Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones de Brasil (ApexBrasil) identificó más de 100 oportunidades en el exterior para productos sustentables brasileños como guaraná, azaí, café, pimienta, aceites, pescados, espesantes o ceras vegetales.
Además, Rollemberg señaló el potencial de la biomasa procedente de residuos agrícolas y de vertederos, que podría generar cerca de 30 millones de metros cúbicos diarios de biometano en el corto plazo.
“Brasil, por tener la mayor biodiversidad del planeta, gran disponibilidad de biomasa, una matriz energética limpia y abundancia de agua, posee una base industrial diversificada y una base científica y tecnológica calificada”, agregó.
Con la mira puesta en ello, ApexBrasil adoptó el incentivo a la economía circular como pilar estratégico de sus acciones, según explicó a EFE la analista de inversiones de la organización, Flávia Bahia, que destacó programas dedicados a infraestructura, agroindustria, recuperación de tierras degradadas y gestión de recursos hídricos.
“El mercado internacional está vibrando con la economía circular y está impulsado por la sostenibilidad. Por eso, ApexBrasil considera una estrategia prioritaria el fomento a este tipo de acciones, que son también muy positivas para la economía brasileña y para la imagen del país”, dijo Bahia.
COP30, una ventana coyuntural
André Corrêa do Lago, el presidente de la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambios Climáticos (COP30), que se realizará en noviembre en la ciudad brasileña de Belém, dijo a EFE que la economía circular es un instrumento “extremadamente inteligente y útil” para el cumplimiento de los objetivos de combate al cambio climático establecidos en el Acuerdo de París.
Por eso, tanto la reciente aprobación del Plan Nacional de Economía Circular como la realización de la conferencia de la ONU en la Amazonía brasileña abren nuevas perspectivas y mercados para el país.
“La COP30 es una oportunidad para que Brasil descubra su potencial en diversos sectores. Y tener una legislación específica y una comprensión de cuánto esto puede contribuir al crecimiento de Brasil y a que alcancemos nuestras metas de sostenibilidad de forma más inteligente antes de la COP es excelente”, opinó.
Explicó también que los exportadores brasileños, así como las empresas internacionales que quieren invertir en Brasil, entienden que el potencial de crecimiento depende del fortalecimiento de la sostenibilidad.
“Sabemos que esta nueva economía exige una serie de atributos que Brasil tiene (…) y durante la COP30 queremos enseñar al mundo que hay soluciones y acciones posibles”, concluyó.