Brigadas deseucaliptizadoras, cuando el pueblo se une para limpiar los montes de invasoras

El fundador de las brigadas y director de la Fundación Motescola, Joám Evans, tala varias ramas. La inacción de la administración para evitar la expansión de invasoras por los montes está llevando a vecinos y voluntarios a sumarse a las brigadas deseucaliptizadoras para frenarlas y con ello recuperar el bosque autóctono y lograr territorios más resilientes a incendios, calentamiento y pérdida de biodiversidad. EFE/ J.J. Guillén

Ana Tuñas Matilla

A Coruña, 12 jun (EFE).- La «inacción» de la administración para evitar la expansión de invasoras por los montes está llevando a vecinos y voluntarios a sumarse a las Brigadas Deseucaliptizadoras para frenarlas y con ello recuperar el bosque autóctono y lograr territorios más resilientes a incendios, calentamiento y pérdida de biodiversidad.

«Hay que actuar y si no lo hacen las administraciones pues lo hará, como está siendo el caso, la sociedad civil», ha aseverado el director de la Fundación Motescolas y creador de las brigadas, Joám Evans.

Aunque promueven la lucha contra toda invasora, se centran principalmente en el eucalipto, que en Galicia ya ocupa más de medio millón de hectáreas y está en continua expansión, tanto por su cultivo para aprovechamiento industrial como porque tras un incendio ocupa terrenos en los que no estaba por su mayor capacidad de reproducción.

Entró en España como planta ornamental

La inacción de la administración para evitar la expansión de invasoras por los montes está llevando a vecinos y voluntarios a sumarse a las brigadas deseucaliptizadoras para frenarlas y con ello recuperar el bosque autóctono y lograr territorios más resilientes a incendios, calentamiento y pérdida de biodiversidad. EFE/ J.J. Guillén

Procedente de Australia, llegó a Galicia en el siglo XIX como especie puramente ornamental y no se convirtió en un problema en la región hasta que durante el franquismo se apostó por la industria papelera y se instaló en Marín (Pontevedra) una planta de la empresa nacional de celulosa Ence, ha apuntado.

También ha contribuido el constante incumplimiento de los planes forestales que marcaban límites a la especie, de la normativa de montes e, incluso, de la moratoria que entró en vigor en 2021 y vence a finales de año.

En 2017, el Ayuntamiento de Teo (A Coruña) solicitó al entonces Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente que el eucalipto fuera incluido en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras (EEI).

El caso fue sometido al dictamen de un comité científico que concluyó que todas las especies de eucalipto de España debían ser incluidas en dicho catálogo por su alto riesgo de invasión y su capacidad de transformar el medio. Sin embargo, el Gobierno desoyó la recomendación científica.

Punta del iceberg

La inacción de la administración para evitar la expansión de invasoras por los montes está llevando a vecinos y voluntarios a sumarse a las brigadas deseucaliptizadoras para frenarlas y con ello recuperar el bosque autóctono y lograr territorios más resilientes a incendios, calentamiento y pérdida de biodiversidad. EFE/ J.J. Guillén

El eucalipto «es solo la punta del iceberg» de lo que pasa en los montes con las especies invasoras, según Evans, que ha advertido de que en Galicia también hacen estragos la acacia negra, la mimosa o la falsa acacia.

Se trata de un problema de una dimensión «enorme» y gran repercusión tanto económica como social por el riesgo que suponen en caso de incendio, ha advertido el experto, que fundó las brigadas en 2018 en Froxán, una pequeña de Lousame (A Coruña), con 16 habitantes.

En la actualidad, suman más de 1.500 brigadistas que se van moviendo por convocatorias a lo largo de todo el territorio gallego.

Froxán, ejemplo de que se puede frenar a las invasoras

En el caso concreto de Froxán, los vecinos comenzaron a organizarse después de que un gran incendio forestal arrasara en 2006 buena parte de sus montes en los que antes del fuego había pino y que después quedaron invadidos por eucalipto.

Para devolver los montes a sus orígenes, los brigadistas eliminan los eucaliptos y plantan especies autóctonas.

La aldea es un ejemplo de que se puede luchar contra su expansión pues, en solo 10 años y con muy pocos recursos, han eliminado más de 50 hectáreas de eucalipto y zonas mixtas de eucalipto con pino y se ha creado un paisaje resiliente «a esos incendios que cada vez devastan más nuestro territorio», ha afirmado.

«Con muchísimos más recursos y medios, como son los que tienen las administraciones, esto se podría hacer a una escala mucho mayor y más rápido».

La administración debería empezar por cumplir la legislación que ella misma puso en funcionamiento y por perseguir y sancionar a quienes la incumplen, sobre todo en los espacios protegidos que están bajo su custodia y que, en muchos casos, se han convertido «en museos al aire libre de especies invasoras», ha aseverado.

Life Terra

Entre las organizaciones que apoyan la labor de las brigadas, está el proyecto cofinanciado con fondos europeos Life Terra, centrado en reforestación y restauración de ecosistemas y que ha desarrollado su misión a través de dos fórmulas: mediante actuaciones directas de reforestación y apoyando la acción de terceros.

Este sería el caso de la Fundación Montescola, a la que en los dos últimos años han prestado asesoramiento para planificar plantaciones y financiación para poder llevarlas a cabo, ha explicado Luis Suárez-Llanos, gerente de proyectos de Life Terra.

En cinco años, el proyecto ha plantado en 35 países de Europa más de 1,5 millones de árboles y arbustos, una cifra que se eleva a 40 millones si se tienen en cuenta las colaboraciones con terceros.