Bruselas inicia el trámite para suspender las contramedidas, tras acuerdo “menos malo” con EE.UU

Imagen de archivo de la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, en Bruselas, Bélgica. EFE/EPA/OLIVIER MATTHYS

Bruselas, 5 ago (EFECOM).- La Comisión Europea (CE) inició este martes el procedimiento para suspender durante seis meses las contramedidas arancelarias que tenía preparadas contra Estados Unidos en el caso de que no hubiera logrado un acuerdo con ese país para evitar una guerra comercial, que considera ha sido el “menos malo” posible.

“Puedo confirmar que la Comisión ha adoptado hoy los procedimientos legales necesarios para suspender la aplicación de nuestras contramedidas de la Unión Europea (UE), que debían entrar en vigor el 7 de agosto”, indicó el portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill, durante la rueda de prensa diaria de la CE.

Explicó que el Ejecutivo comunitario ha realizado estos trámites mediante el procedimiento de urgencia.

“Básicamente, lo que significa es que la Comisión lo adopta y debería publicarse hoy mismo en el Diario Oficial de la UE y, a continuación, en un plazo de dos semanas, nuestros Estados miembros darán su aprobación por mayoría simple”, detalló.

La UE se había guardado en la recámara un arsenal de contramedidas de represalia aprobado por la mayoría de países de la UE, valorado en 93.000 millones de euros, que debía entrar en vigor de forma escalonada a partir del 7 agosto si finalmente no se llegaba a un acuerdo.

La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense, Donald Trump, cerraron el 27 de julio en Escocia un acuerdo político para evitar una guerra comercial y la amenaza de imposición por parte de Washington de un arancel general a las importaciones comunitarias del 30 %.

El pacto fija un techo arancelario único del 15 % y «aranceles cero» en diversos productos, así como compras estratégicas europeas valoradas en 750.000 millones de dólares de gas, petróleo, energía nuclear o chips de inteligencia artificial; inversiones en la economía estadounidense de 600.000 millones de dólares, y un incremento de las adquisiciones de material militar de EE. UU.

Desde entonces, los negociadores de la UE y EE. UU. trabajan en una declaración con más precisiones sobre cómo aplicarán el acuerdo.

Declaración Conjunta

“Estoy en contacto con el secretario (de Comercio de Estados Unidos, Howard) Lutnick y el embajador (representante de Comercio del mismo país, Jamieson) Greer mientras trabajamos para poner en práctica el acuerdo entre la UE y EE. UU. de julio, en todos sus aspectos. El trabajo continúa con un espíritu constructivo”, dijo hoy el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic.

Al margen del arancel universal, EE. UU. mantiene otros en otras categorías, como los impuestos en virtud del artículo 232 de la Ley de Comercio contra importaciones como las de acero y aluminio (la UE aún trata de negociar una cuota para ellas) y de productos farmacéuticos y semiconductores (que en ningún caso por su parte podrán tener un arancel mayor al 15 %).

La declaración conjunta, que está “prácticamente lista”, es un documento no vinculante que, sin embargo, “establece el marco para un acuerdo” que “en sí mismo aún tendrá que negociarse”, precisaron hoy fuentes comunitarias.

Entre tanto, los negociadores europeos siguen trabajando en una lista de excepciones a los aranceles y avanzaron que la UE también asumirá “compromisos arancelarios, pero solo como parte de un acuerdo final que esté completo y adoptado” y en el que quedará excluida la langosta, producto que ya es objeto de otro pacto alcanzado en 2021.

En cuanto a la agricultura, destacaron que cualquier compromiso que asuma la UE “solo abarca sectores no sensibles”, y como ejemplo citaron el aumento de las importaciones de carne de bisonte, una categoría no muy popular en la Unión, sin tocar otras que sí son sensibles como las de carne de vacuno o aves de corral o el etanol.

El «menos malo»

Las fuentes reconocieron que han llegado a este acuerdo “porque la alternativa sería mucho peor: supondría una escalada y aranceles elevados para ambas partes”.

Según dijeron, la falta de un acuerdo socavaría la posición competitiva de los exportadores de la UE, “distraería” ante otros retos “más importantes” como la guerra rusa en Ucrania o la relación de la Unión con China, y podría crear divisiones dentro del club comunitario.

“Para evaluar el acuerdo, hay que tener muy en cuenta la alternativa. La elección que teníamos que hacer no era entre un resultado bueno o excelente. Básicamente, se trataba de elegir entre una opción mala y otra menos mala, y elegimos la menos mala, y creemos que es la mejor opción”, aseguraron.

También dejaron claro que “no hay forma de que Estados Unidos vuelva a los aranceles bajos”: “Es muy importante que seamos conscientes colectivamente de la nueva realidad y del hecho de que no podemos volver al statu quo anterior”, comentaron.

“No lo estamos celebrando, es un alivio para nosotros pero no lo estamos celebrando”, concluyeron.