Oviedo, 7 may (EFE).- La obra del filósofo y ensayista alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han, uno de los pensadores más críticos con el capitalismo, el hiperconsumismo y el exceso de información, ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades por su “brillantez” para interpretar los retos de la sociedad tecnológica.
El jurado encargado de fallar el galardón este miércoles ha destacado que el pensador proporciona en sus análisis explicaciones sobre la deshumanización, la digitalización y el aislamiento de las personas y su “mirada intercultural” arroja luz sobre “fenómenos complejos” del mundo actual.
El fallo ha ensalzado que la obra de Han “revela una capacidad extraordinaria para comunicar de forma precisa y directa nuevas ideas en las que se recogen tradiciones filosóficas de Oriente y Occidente”.
La sociedad del cansancio
Muy crítico con el modelo de sociedad hiperconsumista y ahogada por un exceso de información (hipertransparencia), el pensador surcoreano reivindica en sus obras el placer de vivir frente al permanente miedo a la muerte.
“Para sobrevivir, sacrificamos voluntariamente todo lo que hace que merezca la pena vivir, la sociabilidad, el sentimiento de comunidad y la cercanía”, sostiene el ensayista nacido en Seúl en 1959 y que a los 22 se trasladó a Alemania donde recibió su formación.
Este filósofo, traducido en numerosos idiomas, ha dedicado sus reflexiones, especialmente, a la que él denomina la ‘sociedad del cansancio’ y a la ‘sociedad de la transparencia’, así como al concepto de ‘shanzhai’, un neologismo con el que identifica los modos de la deconstrucción en las prácticas contemporáneas del capitalismo chino.
Una sociedad sin deseo
Crítico con el neoliberalismo, mantiene que esta sociedad vive en la edad de los trastornos neuronales (depresión, síndrome de fatiga crónica, de déficit de atención, hiperactividad…), causados por un exceso de positividad en una sociedad que ha abandonado la reflexión, el retiro, la meditación y que, por tanto, no valora la individualidad.
En este sentido, defiende que se trata de una sociedad cada vez más dominada por el narcisismo y enferma de pérdida del deseo, en la que los individuos se vuelven progresivamente incapaces de relacionarse entre sí, e insiste en la necesidad de recobrar la capacidad de poder decir que no, que no todo es posible, que no todo se puede hacer, que ni siquiera se debe poder intentar.
El pensador que, en sus obras más recientes ha ampliado su enfoque crítico hacia la sociedad contemporánea, incorporando reflexiones sobre la esperanza y la contemplación, no hace uso de teléfono inteligente, no hace turismo, solo escucha música analógica y dedica parte de su tiempo a cultivar su jardín, todo ello para rebelarse ante el capitalismo.
Con la pandemia de la covid-19 en 2020, en una entrevista con EFE, alertó de que la supervivencia se convertirá en el futuro en un objetivo absoluto y prioritario, sacrificando el placer y perdiendo el sentido de la buena vida.
De Corea del Sur a Alemania
Autor de una numerosos títulos, como ‘La sociedad del cansancio’ (2010), ‘La sociedad de la transparencia’ (2012), ‘La alegoría del Eros’ (2014), ‘La salvación de lo bello’ (2015) y ‘La desaparición de los rituales’ (2020), estudió metalurgia en la Universidad de Seúl, carrera que abandonó tras un accidente en un experimento.
Dejó su país a los 22 años para viajar a Alemania, donde estudió Literatura alemana y Teología en la Universidad de Múnich y Filosofía en la Universidad de Friburgo, en la que consiguió su doctorado con una tesis sobre Martin Heidegger en 1994.
En el 2000 impartió clases de Filosofía en la Universidad de Basilea (Suiza), en 2010 fue profesor de Filosofía y Teoría de los medios en la Escuela Superior de Diseño de Karlsruhe (Alemania) y desde 2012 es profesor de Filosofía y Estudios Culturales en la Universidad de las Artes de Berlín.
Este premio, que el pasado año recibió la historietista, cineasta y pintora franco-iraní Marjane Satrapi, es el primero en fallarse este año de los ocho galardones que otorga la Fundación Princesa de Asturias.