Cable subterráneo entre vagones de funicular accidentado en Lisboa cedió, según técnicos

Foto de archivo de expertos técnicos que evalúan el accidente del funicular Gloria de Lisboa, un popular transporte utilizado por turistas, que descarriló ayer en Lisboa, Portugal. EFE/ Tiago Petinga

Lisboa, 6 sep (EFE).- El cable subterráneo que unía los dos vagones del funicular accidentado el miércoles en Lisboa, donde murieron 16 personas y otras 23 resultaron heridas, cedió en su punto de fijación en la cabina que descarriló, indicó este sábado el Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes de Aeronaves y Accidentes Ferroviarios (GPIAAF), organismo gubernamental encargado del caso.

El organismo publicó una nota informativa en su página web en la que explica que, durante el descenso del vagón que se salió de la vía, el guardafrenos activó de inmediato tanto el freno neumático como el manual. Sin embargo, ninguna de estas acciones logró detener el movimiento ni reducir la velocidad de la cabina en descenso.

Aun así, el GPIIAF apuntó que el sistema que activa esos frenos funcionó, pero que, tal y como está configurado, esos dispositivos no tienen capacidad suficiente para inmovilizar las cabinas en movimiento si no están equilibradas por el cabo que las une, por lo que «no constituye un sistema redundante en caso de avería».

El texto hace una reconstrucción de los hechos y precisa que sobre las 18:00 hora local (17:00 hora GMT) del 3 se septiembre, los dos vagones estaban aparcados en las dos estaciones del funicular, una arriba en lo alto de la Calçada da Glória, la cuesta por la que pasaba, y la otra en la parte de abajo.

LA GPIIAF afirmó que por el momento se desconoce el número exacto de personas que estaban dentro de los dos vagones, ya que son los guardafrenos quienes lo controlan, y uno de ellos falleció.

Sobre las 18:03 hora local (17:03 hora GMT), las cabinas empezaron su movimiento, pero cuando habían recorrido unos 6 metros respectivamente «perdieron súbitamente la fuerza de equilibrio garantizada por el cable que las une».

El vagón de abajo retrocedió de forma brusca unos 10 metros saliéndose parcialmente de la vía, mientras que el de arriba siguió su movimiento descendente a medida que aumentaba su velocidad, recorriendo unos 170 metros hasta que en el inicio de una curva descarriló y chocó contra un edificio y dos postes, y terminó contra la esquina de otro inmueble.

Se estima que la primera colisión se produjo a una velocidad de 60 km/h y que el accidente ocurrió en menos de 50 segundos.

Los técnicos subrayan que el cable que cedió tiene una vida útil de 600 días para este tipo de uso y que había sido instalado hacía 337.

La nota agrega que el llamado Ascensor de Gloria (Elevador da Glória) tenía un plan de mantenimiento con grandes revisiones cada cuatro años e inspecciones visuales diarias de los elementos de seguridad visibles, además de otras intervenciones de periodicidad intermedia.

El GPIAAF destacó que, según las pruebas observadas hasta ahora, el plan de mantenimiento «estaba al día» y en la mañana del accidente se había realizado la inspección visual programada y no se detectó ninguna anomalía ni en el cable ni en los sistemas de freno.

No obstante, puntualizó que en la zona donde el cable se separó no es posible hacer una visualización sin un desmontaje.

También apuntó que el funicular, fundado en 1885, no está bajo la supervisión del Instituto de Movilidad y de los Transportes, y señaló que por el momento no dispone de información «fidedigna» sobre su encuadramiento legal ni sobre cuál es la entidad pública con obligación de supervisar su funcionamiento y seguridad.

El GPIAAF presentará su informe preliminar en 45 días, que transcurre en paralelo a la penal que desarrolla la fiscalía y una auditoría interna, con la participación de asesores externos, de Carris, la gestora del funicular.