Bruselas, 19 may (EFE).- El cambio climático, las sequías, la expansión urbana y la modificación de los usos del suelo harán que a final de siglo haya el doble de incendios forestales en la Unión Europea, especialmente en el Mediterráneo, y el bloque comunitario necesita pasar de una política centrada en la supresión a una de adaptación.
Es la principal conclusión del informe “Incendios forestales en transformación. Opciones políticas para una Europa con cultura del fuego y adaptada al fuego”, presentado hoy por el Consejo Asesor Científico de las Academias Europeas (EASAC), que integra academias de 25 Estados miembros de la UE, más Reino Unido, Suiza y Noruega.
“Perdemos cientos de vidas y miles de millones de euros en los incendios. Tenemos que aprender a vivir con el fuego y adaptar a la sociedad para este desafío creciente”, dijo el profesor y presidente de EASAC, András Báldi, en la representación en Bruselas del estado alemán de Renania del Norte-Westfalia, donde fue presentado el estudio.
Los datos arrojan que cada año se registran 60.000 incendios en Europa, que suponen unos 2.000 millones de euros en pérdidas económicas anuales y arrasan un área equivalente al doble de la superficie de Luxemburgo.
La primera causa de esta realidad es el cambio climático y el cambio de usos del suelo, por lo que trabajar en mitigación y adaptación en el ámbito climático es fundamental. Pero no es lo único que se puede hacer.
El informe, que recoge dos años de trabajo, señala que “las actuales políticas de la UE priorizan la supresión” y subraya que “la creciente intensidad de los incendios forestales” muestra que se necesita “incrementar la inversión en una gestión proactiva del fuego, junto con mitigación y adaptación climática, priorizando la reducción del daño sobre la minimización de la superficie quemada”.
Aunque la lucha contra el fuego es imprescindible, también lo es adelantarse a los acontecimientos que la ciencia detecta que se producirán con políticas de inversión en prevención y adaptación que privilegien “un enfoque proactivo centrado en la gestión del paisaje, la restauración y la alfabetización en materia de incendios es esencial”.
Vivir con el fuego
Se necesita también, según los expertos en incendios forestales que han redactado el informe, un marco integrado europeo en concienciación y un cambio de comportamiento, así como incorporar análisis de riesgo de fuego en las políticas de biodiversidad o reforestación, además de acostumbrarse a convivir con el fuego.
“El fuego no es siempre una catástrofe, es parte del ecosistema”, comentó la profesora húngara Orsoula Valkó, quien agregó que “se puede prevenir el fuego con el fuego”, quemando selectiva y controladamente áreas que podrían arder sin control y devastar grandes superficies.
Otra forma de convivir en seguridad es asegurarse de que los humedales y turberas estén en buen estado, porque son importantes para los ecosistemas y almacenan gran cantidad de CO2, que liberan a la atmósfera si arden.
Incendios urbanos
Un aspecto novedoso del estudio es el riesgo de incendios forestales urbanos, como el registrado el pasado enero en Los Ángeles (EE.UU.), con unos costes financieros estimados de entre 75.000 y 131.000 millones de dólares.
El 70 % de Europa se encuentra en riesgo por este tipo de catástrofes en zonas con mucha actividad humana que puede generar ignición en lugares cercanos a áreas con vegetación que pueden funcionar como combustible.
“No hemos experimentado muchos ne Europa aún, pero vendrán y tenemos que prepararnos”, apuntó el profesor de gestión de recursos naturales Thomas Elmqvist, quien se sirvió también del ejemplo de los masivos incendios de 2023 en Canadá para destacar que eran diez veces más grandes que los medios disponibles para sofocarlos.
“Tenemos una gran capacidad de respuesta de emergencia” con bomberos, helicópteros o aviones, pero “no planificación e inversión en adaptación”, insistió.
Se puede combatir ese fenómeno desde la planificación urbana, dejando suficiente espacio verde entre inmuebles en los nuevos barrios, identificando zonas vulnerables y garantizando un buen mantenimiento de pequeños patios y jardines privados.
Concienciación
“Si inviertes en prevención y evitas problemas, la gente pregunta: ¿por qué gastamos tanto dinero si no pasa nada?”, lamentó el técnico del Centro Europeo de Investigación Conjunta, Alfredo Branco, quien animó a encontrar “la forma de hacer muy claro para todo el mundo que cada euro que se gasta en prevención merece la pena”.
El experto del Centro de Respuesta Coordinada de Emergencias de la Comisión Europea, Héctor Alfaro, sugirió que para solucionar esa paradoja se debe “visibilizar la prevención”.
“Cuando hay un fuego siempre podemos ver cuál es el potencial del fuego. Si lo identificamos y decimos: se han quemado 5.000 hectáreas, pero el potencial eran 100.000, le podemos enseñar a la gente la importancia de la prevención”, concluyó.