Madrid, 6 jun (EFE).- Emblema del feminismo más irreverente y divertido, la escritora y periodista británica Caitlin Moran invita a los hombres a «usar la motosierra rosa» del feminismo en su nuevo libro, ‘¿Y los hombres qué?’ (Anagrama) en el que detecta «una crisis de salud generalizada» en el género masculino.
Tras revolucionar el mercado editorial con los parcialmente autobiográficos ‘Cómo ser mujer’ o ‘Cómo se hace una chica’, Moran presenta estos días en España un nuevo ensayo donde analiza los efectos nocivos del patriarcado sobre los hombres, sin renunciar a su sentido del humor.
«Los únicos que están hablando ahora mismo de los problemas de los chicos jóvenes son gente de extrema derecha y de la ‘machosfera’, son Jordan B. Peterson, Andrew Tate, Trump y lo hacen de una forma que parece divertida y con muchos chistes», ha asegurado en un encuentro con un grupo de periodistas.
Para Moran «el problema de la izquierda es que, a menudo, cuando hablan de progreso o de cambio hacen que parezca algo aburrido, como ‘cómete las verduras'», pero sabe por experiencia propia que «la mejor manera de hablar de progreso es que sea divertido y alegre».
Hombres enfadados y sin fe en el futuro

Aunque llevaba siete años escuchando en sus charlas la misma pregunta, «¿y los hombres qué?», no se la tomó en serio hasta que sus hijas, recién entradas en la veintena, empezaron a hacerle ver lo que decían algunos chicos de su edad, cosas como «las mujeres están ganando la batalla» o «el feminismo ha ido demasiado lejos».
«Me di cuenta de había un problema, que muchos hombres estaban realmente enfadados y detrás del enfado normalmente lo que hay es miedo», ha explicado. Tratando de entender ese miedo se preguntó qué tienen las mujeres que los hombres no tengan, en un mundo donde «ellos siguen acaparando casi todo el dinero, la tierra, el liderazgo mundial y de los negocios».
«Lo único que no tienen es el feminismo, una red global donde las mujeres comparten y afrontan sus problemas y eso hace que tengan fe en el futuro, cosa que ellos no tienen», asegura.
«Ir al gimnasio, tomar esteroides y hacerte millonario con criptomonedas no va a hacerte feliz», proclama Moran, que bromea con dar el salto a la política y asegura que también de la obsesión por el cuerpo el feminismo puede ofrecer un aprendizaje.
«Nos hemos pasado 50 años tratando de desechar la idea de que un cuerpo perfecto te hará más feliz; no lo hará, hasta Gwyneth Paltrow ha engordado unos kilitos», dice.
El tiburón o el oso: conversaciones entre hombres
Para entender lo que significa ser un hombre hoy, Moran ha hablado con muchos y en el libro aborda desde la forma de comunicarse entre ellos y con las mujeres a su idea de la amistad, la relación con sus cuerpos o su visión del sexo y la pornografía.
«Lo que más me llamaba la atención es que hombres de toda edad y condición parecían coincidir en no encontrar sus vidas interesantes», señala, hombres que habían vivido situaciones de racismo o de abusos y que a mitad de la historia paraban y decían «esto es muy aburrido, no es interesante».
«En cambio -agrega- era muy común encontrarse a dos hombres en un bar conversando durante dos horas sobre si un tiburón puede vencer a un oso en una pelea o si el Inspector Gadget vencería a Spiderman».
Al indagar sobre ese interés descubrió que muchos contaban que en el colegio, el primer día de clase, se planteaban a quién de sus compañeros podrían vencer en una pelea. «Las mujeres jamás nos planteamos algo así», sostiene.
Un libro controvertido
Cuando presentó el libro en Reino Unido se encontró con dos tipos de reacciones masculinas en redes sociales. Los progresistas la criticaban por ser «anticuada y estereotipada» al decir que los hombres no saben hablar de sus emociones y los de derechas negaban que los hombres tuvieran que hablar de sus emociones.
«Lo que yo quisiera es que ambos grupos se sienten y discutan entre ellos, quizá eso podría ser el comienzo de algo parecido al movimiento masculino que necesitan, en lugar de amenazarme de muerte y violación», afirma la escritora, que se salió de Twitter durante dos semanas. Cuando volvió, los ‘haters’ ya estaban a otra cosa y el libro era número 1 en ventas.
Moran admite que hubo un tercer grupo de oposición a su libro, mujeres que la acusaban de «traidora» por cambiarse de bando. «El 50 % de los problemas de las mujeres son los hombres, los hombres enfadados, los hombres que abusan, los hombres que no son capaces de hablar de sus emociones, así que solo podremos arreglar nuestros problemas si arreglamos los suyos», dice.
Magdalena Tsanis