Córdoba, 17 jun (EFE).- Un estudio elaborado por la Universidad de Córdoba, que implica a medio millar de agentes locales de 23 regiones montañosas de 16 países europeos para identificar vulnerabilidades de estas zonas y proponer estrategias para minimizarlas, ha revelado que el cambio climático y la despoblación son las principales preocupaciones para estas zonas en Europa.
Esta investigación, enmarcada en el proyecto Moving, se apoya en una metodología participativa que implica a las comunidades de cada zona relacionadas con las cadenas de valor de sus productos más representativos, según ha explicado la Universidad de Córdoba.
La catedrática de Economía Agraria, Finanzas y Contabilidad María del Mar Delgado, que lidera el proyecto, ha señalado que «en cada territorio se ha creado una plataforma multiactor en la que se ha invitado a participar al sector agrícola y ganadero, a personal de los centros de investigación, representantes políticos, empresas, asociaciones e instituciones».
A través de encuestas, talleres y entrevistas con más de 500 agentes locales, el equipo ha logrado conocer su percepción sobre las vulnerabilidades de cada zona y el impacto que tienen estas amenazas sobre el producto final.
De los resultados de este trabajo, pionero a nivel europeo por la extensión del territorio analizado, se extrae que, «si bien los elementos que afectan a estos espacios varían según las características de cada zona, son los cambios en el clima y en la demografía los que más impacto están teniendo en las zonas de montaña».
Tal y como explica el investigador Pablo González, del Departamento de Ingeniería Forestal de la Universidad de Córdoba, «aspectos como la falta de precipitaciones o los eventos meteorológicos extremos, así como la despoblación de zonas rurales y los cambios de uso del suelo, están afectando de manera importante a las cadenas de valor de productos de zonas de montaña».
Del estudio se desprende que las zonas montañosas de Turquía y Bulgaria, Sierra Morena (España) y determinadas sierras de Portugal son las que «detectan más impacto».
En el caso de Andalucía, el proyecto se centró en Sierra Morena y la cadena de valor de los productos ibéricos y en las Sierras Béticas y el aceite de oliva de olivar de montaña.
En ambos casos, el elemento más importante reseñado por los agentes locales fue la sequía o los cambios en los patrones de precipitación.
En el caso de Sierra Morena, las plagas y especies invasoras y la sobreexplotación de recursos por una excesiva carga ganadera fueron también preocupaciones principales.
En cuanto al olivar de montaña, otro de los elementos señalados fue la pérdida de población en zonas rurales.
El equipo responsable del proyecto sostiene que uno de los aspectos más relevantes del proceso participativo llevado a cabo es la posibilidad que ofrece a los agentes locales para reunirse, escucharse, debatir e intercambiar impresiones y conocimientos.
Además, el estudio recoge sus percepciones y lo que están dispuestos a cambiar, lo que permite implicar a las comunidades y cadenas de valor en el diseño y puesta en marcha de estrategias que ayuden a reducir la vulnerabilidad de las zonas de montaña y, con ello, la del conjunto de Europa.