Bangkok/Samrong (Camboya), 29 jul (EFE).- Camboya y Tailandia avanzan hacia la desescalada tras entrar en vigor este martes el alto el fuego sellado la víspera tras cinco días de enfrentamiento armado en la frontera entre los dos países, a pesar de acusaciones de Bangkok a Nom Pen de haber roto el pacto.
Representantes de comandos militares apostados a ambos lados de la divisoria compartida de casi 820 kilómetros mantuvieron hoy reuniones para materializar el acuerdo que debe poner fin a un conflicto que ha dejado al menos 43 muertos, decenas de heridos y alrededor de 300.000 desplazados.
Tras semanas de tensiones en su frontera, el jueves 24 de julio estalló el enfrentamiento por cuestiones territoriales entre los Ejércitos de los dos países, que se acusaron mutuamente de haber iniciado los ataques.
Las conversaciones de los mandos militares se produjeron hoy después de que Tailandia acusara a primera hora a Camboya de haber perpetrado ataques de madrugada, lo cual supondría una violación del alto el fuego «inmediato e incondicional», que entró en vigor a medianoche (17:00 GMT).
Entre los puntos tratados en la reunión, destaca el cese de hostilidades, el compromiso de no reforzar las respectivas tropas y paralizar el movimiento de efectivos, así como el intercambio de prisioneros y evitar atacar posiciones civiles.
Los encuentros entre militares forman parte del pacto para detener el enfrentamiento alcanzado el lunes entre Tailandia y Camboya en una reunión de sus respectivos líderes en Kuala Lumpur.
Malasia medió como país que ostenta la presidencia rotatoria de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y Estados Unidos y China participaron como coorganizador y observador, respectivamente.
Tensión y desconfianza

A pesar de que las dos partes acordaran cesar las hostilidades y de que los comandos militares encauzaran diálogos, la tensión y desconfianza entre ambos Gobiernos persiste.
Bangkok denunció que hasta la madrugada de hoy el Ejército camboyano lanzó ataques «de manera deliberada» contra varias zonas del territorio tailandés y «violó» el alto el fuego, una aseveración que fue negada por el Ministerio de Defensa camboyano.
«Las fuerzas militares tailandesas se han visto obligadas a responder de manera adecuada y proporcionada para proteger nuestra soberanía, integridad territorial y la vida de nuestros civiles», dijo el primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, en un comunicado.
El mandatario añadió que Tailandia ha enviado cartas a Kuala Lumpur, Washington y Pekín para «informarles del incumplimiento del alto el fuego por parte de Camboya y su falta de sinceridad».
La portavoz de Defensa de Camboya, Maly Socheata, aseguró por su parte en redes sociales que sus tropas cumplieron «estrictamente las órdenes del alto el fuego y que las reuniones entre comandantes han servido para «debatir y coordinar» su «plena implementación».
Hacia la calma
En la ciudad camboyana de Samrong, en la provincia de Oddar Meanchey y a unos 30 kilómetros de la frontera, la situación era de tranquilidad esta mañana.
Varios vecinos dijeron a EFE que no habían oído ruidos de disparos desde la medianoche.
Sin embargo, el Ministerio del Interior tailandés está aconsejando a los evacuados que retrasen el regreso a sus hogares hasta que las autoridades hayan comprobado si es seguro hacerlo, a pesar del alto el fuego.
Mientras, en una breve declaración a los medios, el primer ministro de Malasia, que lideró la mediación en Kuala Lumpur, restó hierro a las supuestas últimas escaramuzas.
«Los comandantes se han reunido y lo han resuelto», dijo Anwar Ibrahim, en referencia a las reuniones entre militares de las dos partes, posteriores a la acusación de Tailandia a Camboya.
Más de 40 muertos y de 300.000 desplazados
El conflicto, durante el que se han empleado cazas F-16 y cohetes BM-21, entre otra artillería, se ha saldado con al menos 43 muertos, 30 del lado tailandés (15 militares y 15 civiles) y 13 del camboyano (5 soldados y 8 civiles), según indican los últimos balances oficiales.
Además, decenas de personas han resultado heridas y alrededor de 300.000 desplazados se refugian en centros de evacuación y campos temporales.
El conflicto obedecería a cuestiones territoriales, un escollo histórico en las relaciones entre Tailandia y Camboya, recrudecidas a finales del pasado mes de mayo con la muerte de un soldado camboyano en una refriega entre los Ejércitos de ambas naciones.