Panamá, 16 sep (EFE).- La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) iniciará el próximo jueves los primeros acercamientos con el mercado para avanzar en la construcción de un gasoducto, una obra estratégica valorada entre 2.000 y 8.000 millones de dólares que busca diversificar las operaciones de la vía y fortalecer su competitividad.
«La determinación de qué hacer, qué tan grande, en qué tiempo, en cuántas etapas es parte del acercamiento al mercado que nosotros comenzamos dentro de dos días, en una reunión aquí en Panamá», afirmó el administrador de la ACP, Ricaurte Vásquez, durante el conversatorio “Canal de Panamá: Visión del futuro”.
Y agregó: «Hemos invitado a las industrias para que escuchen la propuesta y poder seguir haciendo un proceso que era muy ancho y que se va angostando a medida que ganamos información del mercado, para eventualmente precalificar la firma y posteriormente hacer una licitación».
Estos encuentros permitirán, según el administrador, dar a conocer a la ACP -de primera mano- el interés de la industria, precisar qué gases se movilizarán, el tamaño de la obra, el esquema de almacenamiento y los contratos de tránsito que se pondrán en firme.
«Posiblemente -dependiendo del volumen que se maneje- hay que llegar a tener una capacidad instalada de aproximadamente 600 MW de potencia para poder asegurar la operación continua de esta operación», explicó.
En cuanto al diseño, Vásquez detalló que el «proyecto debe tener dos terminales, una en el Atlántico, otra en el Pacífico», unidas por 76 kilómetros de tubería y en este diseño preliminar también se incluye al menos tres ductos «para cada uno de los gases que estamos considerando».
Respecto al costo de la infraestructura, comentó Vásquez, oscila entre 2.000 millones de dólares, en una versión básica, y más de 8.000 millones en un modelo integral con todas las instalaciones previstas.
«Es una cifra muy grande y el país tiene que tener capacidad para poder absorber ese volumen de actividad económica», indicó.
Una competencia creciente

Vásquez advirtió que el Canal enfrenta una competencia cada vez mayor en el comercio energético global y subrayó la necesidad de aprovechar el auge de las exportaciones de gas de Estados Unidos hacia Asia.
Apuntó que «ninguno de estos temas energéticos han sido afectados por elementos arancelarios, porque representa una base importante de la plataforma de importación de los Estados Unidos en materia de energía».
«Nosotros estamos enfocados a capturar ese negocio creciente, esa cantidad que se va a doblar en los próximos 10 años», añadió.
Advirtió que «si no tenemos una respuesta para esa capacidad, nos corremos el riesgo de perder parte de lo que ya tenemos, si encuentra una ruta diferente para poder moverse, ya sea que hagan los ductos dentro de Estados Unidos o ya sea que hagan los buques para ir por rutas más largas».
El proyecto ya fue lanzado en Japón

El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, lanzó oficialmente el pasado 3 de septiembre la construcción del gasoducto durante una visita oficial a Japón, donde la corporación Sumitomo manifestó su interés en participar.
En un foro empresarial con más de treinta compañías niponas, Mulino informó que la Junta Directiva del Canal ya otorgó la autorización para iniciar el proceso de selección del concesionario. La precalificación de interesados arrancará este año y la adjudicación final se prevé para el cuarto trimestre de 2026, según un comunicado de la Presidencia.
La obra demandará más de 6.500 trabajadores en su fase de construcción y aportará al Estado panameño 160 millones de dólares anuales. En operación, generará unos 9.600 empleos y más de 1.500 millones de dólares cada año.
El impacto económico estimado asciende a 590 millones de dólares anuales durante la construcción y a 2.700 millones de dólares en la fase operativa, de acuerdo con las proyecciones oficiales.EFE
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