Cantabria teje tradición: Más de 300 personas reivindican el arte del encaje de bolillos

Encuentro Nacional de Encajeras de Bolillo celebrado en Astillero celebrado este domingo con más de 300 personas venidas de todas partes de España. EFE/Celia Agüero

Celia Agüero Pereda

Astillero (Cantabria), 22 jun (EFE).- Más de 300 personas, en su mayoría mujeres pero también niñas que aprenden con entusiasmo y hombres que reivindican su espacio en esta disciplina, se reúnen este domingo en la localidad cántabra de Astillero al compás del sonido hipnótico que nace de las manos de quienes practican una de las labores más antiguas y delicadas de la artesanía textil: el encaje de bolillos.

Grupos venidos de Zaragoza, País Vasco, Asturias o Cantabria participan en la octava edición del Encuentro Nacional de Encajeras de Bolillo de Astillero, un evento que convierte a esta localidad cántabra en punto de encuentro de generaciones, oficios y regiones.

La presidenta de la asociación de mujeres progresistas de Astillero-Guarnizo, Rosa Nieto, que organiza este encuentro con la colaboración del Ayuntamiento, explica a EFE que se trata de un día de convivencia pero también de una jornada con la que dar visibilidad a esta práctica.

Durante el encuentro, los participantes muestran sus habilidades con los bolillos, comparten conocimientos, patrones, técnicas y exponen sus trabajos ante el público de una pasión común y un arte que ha resistido al paso del tiempo.

Además de las encajeras de bolillo, también hay puestos de venta de materiales, zona de exposición y demostraciones en directo, en un ambiente pensado para toda la familia y para todos los públicos.

¿Qué es el encaje de bolillos?

El encaje de bolillos es una técnica artesanal milenaria que consiste en tejer hilos, generalmente de lino, algodón o seda, mediante el cruce y torsión de los mismos, enrollados en pequeñas piezas de madera llamadas bolillos.

«Siempre le digo a la gente cuando empieza que para aprender el bolillo es igual que como aprender a leer, lo primero cuando empiezas a leer es aprender las vocales pues aquí igual hay que aprender tres puntos imprescindibles: punto entero, medio punto y punto de fondo», explica a EFE la profesora de encaje de bolillo en el centro cívico de Astillero, Conchi Beivide.

Con 32 años a sus espaldas dando clases de este arte que aprendió de su abuela, Beivide asegura que el bolillo no es difícil en sí ya que a medida que vas aprendiendo vas cogiendo soltura y experiencia para ir incorporando todos los puntos y empezar a entender el dibujo.

El resultado es un encaje delicado y ornamental, utilizado tradicionalmente para embellecer prendas, mantelería, abanicos y elementos litúrgicos, entre otras piezas textiles.

Su origen se remonta al siglo XVI y se convirtió rápidamente en una artesanía de lujo, muy apreciada en la moda de las cortes europeas, mientras que en España adquirió especial relevancia en regiones como Galicia, Castilla-La Mancha, Andalucía y, sobre todo, en Cataluña y la Comunidad Valenciana.

Recuperar una tradición milenaria

Durante siglos, esta labor fue realizada principalmente por mujeres, transmitida de generación en generación como parte del saber popular y aunque sufrió un declive con la industrialización, en la actualidad vive un renacimiento como parte del movimiento de recuperación de oficios tradicionales.

Hoy en día, el encaje de bolillos se enseña en talleres, ferias y escuelas de artesanía, y sigue siendo un símbolo de identidad local y orgullo cultural.

Además, la creación de asociaciones de encajeras ha impulsado la conservación de esta técnica, con encuentros nacionales como este que se celebra en Astillero donde se muestran verdaderas obras de arte hechas a mano.

Encuentro Nacional de Encajeras de Bolillo celebrado en Astillero celebrado este domingo con más de 300 personas venidas de todas partes de España. EFE/Celia Agüero