Quito, 10 may (EFE).- El Ejército ecuatoriano instaló este sábado una capilla ardiente en Quito para velar a los 11 militares que participaban en un operativo contra la minería ilegal, cuando fueron emboscados -según el Ejército- por los Comandos de la Frontera, grupo disidente de la exguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que aparentemente, niega estar detrás de esta matanza.
La capilla ardiente se levantó en el colegio Militar Eloy Alfaro de la capital ecuatoriana, hasta donde fueron trasladados los cadáveres vía aérea desde la Amazonía.
Tras lamentar la situación, el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, adelantó que el Gobierno dará vivienda, educación y salud, a los familiares de las víctimas.
Aseveró que el ataque del viernes no fue contra 11 miembros del Ejército ni contra las Fuerzas Armadas, “fue contra el Ecuador”.
En un mensaje difundido por el Ministerio, Loffredo apuntó que el dolor ocasionado debe recordar “que esta guerra (contra el crimen organizado) continúa y que solamente unidos podremos vencer”.
Advirtió a los asesinos de que “tienen todo un Gobierno que los está buscando” y que no descansarán “hasta encontrarlos y hacer que paguen por sus actos”.

Ataque armado

El enfrentamiento se registró en el sector llamado Alto Punino, una zona situada en la cuenca alta del río Punino donde han proliferado en los últimos años los campamentos de mineros ilegales de oro que se encuentran en el límite provincial entre las amazónicas Napo y Orellana, separadas de Colombia por la provincia de Sucumbíos.
A varios puntos de este sector llegaron en helicópteros un total de cuatro equipos de combate conformados por 80 militares de la Brigada de Selva 19 Napo, del Ejército ecuatoriano.
Uno de los equipos fue emboscado con explosivos, granadas y fusiles, lo que dejó a los militares muertos y a uno herido, así como un fallecido del grupo armado, según el Ejército, que señaló específicamente como autores a los Comandos de la Frontera.
Henry Delgado, comandante General de Ejército, dijo que cuando los militares iban a destruir la maquinaria hallada en la zona de Alto Punino fueron “atacados por los Comandos de Frontera, quiénes tienen alianzas con los grupos armados organizados, denominados ‘Los Lobos’.
Entre los fallecidos están dos oficiales y nueve soldados de tropa, dijo, al señalar que ya se ha reforzado el área, con dos unidades militares adicionales.
Niegan autoría de masacre
La Fiscalía abrió una investigación previa por “terrorismo” tras el asesinato de los militares en Ecuador, país que cumple desde este sábado un duelo nacional de tres días, decretado por el presidente, Daniel Noboa, quien declaró, además, héroes nacionales a los 11 soldados fallecidos y apuntó que el crimen “no quedará impune”.
En un mensaje divulgado por medios de Colombia, cuya autenticidad no ha sido confirmada, los Comandos de la Frontera aseguraron que no son los responsables de la matanza en Ecuador, país que está bajo un ‘conflicto armado interno’, declarado en enero de 2024 por Noboa para combatir la violencia atribuida a las bandas criminales.
“La organización política-militar Comandos de la Frontera no tiene ninguna responsabilidad en los lamentables hechos que han ocurrido en territorio ecuatoriano”, reza el mensaje atribuido a este grupo armado.
“Comandos de la Frontera hace presencia en territorio colombiano y, así como no desarrolla acciones ofensivas contra las fuerzas militares colombianas, tampoco lo hacen contra las fuerzas militares de los países vecinos”, agregó el comunicado donde se sugiere que la masacre pudo haber sido obra de bandas criminales ecuatorianas como ‘Los Choneros’, ‘Los Lobos’ o ‘Los Tiguerones’.