Roma, 9 abr (EFE).- Carlos III se convirtió este miércoles en el primer monarca británico en pronunciar un discurso ante el Parlamento italiano, exhibiendo su dominio humanista de la historia y cultura del país, y celebrando el legado de la Antigua Roma, los versos de Dante Alighieri o la “heroica” Resistencia al fascismo.

“Nuestros lazos se remontan a hace más de dos milenios, cuando aquellos visitantes romanos llegaron a nuestras costas peinadas por el viento”, empezó el soberano ante los parlamentarios italianos, reunidos en sesión conjunta en el romano Palacio de Montecitorio.

Carlos III demostró una vez más su ironía apuntando a que fueron los romanos quienes “dieron la idea” a las poblaciones de las islas de acuñar en las monedas las caras de los reyes: “Creo que les debo una gratitud especial”, comentó, divertido.
El rey, acompañado por la reina Camila, con la que hoy celebra veinte años de matrimonio, lleva a cabo hasta este jueves su primera visita oficial a Italia desde su coronación en septiembre de 2022.
No obstante, Italia es un país que aprecia y admira y al que se siente, dijo, particularmente unido por la importancia de su cultura y por el peso de su longeva historia, hasta el punto de que lo ha visitado en hasta 18 ocasiones en las últimas cuatro décadas.
Lo hizo en momentos felices pero también, confesó, en otros más aciagos, como cuando en 2017 un terremoto arrasó Amatrice (centro).
“Italia siempre ha estado en mi corazón”, prometió el monarca, que a sus 76 años se trata de un cáncer. “Me comprometo a hacer todo lo que esté en mi poder para reforzar aún más nuestra amistad, durante el tiempo que me sea concedido como rey”, apostilló.
Su discurso estuvo lleno de alusiones y referencias que desvelan su interés por el ‘Bel Paese’, llegando incluso a expresarse por momentos en italiano y a parafrasear la ‘Divina Comedia’ de Dante.
Pero sobre todo se centró en ensalzar las relaciones profundas que unen históricamente a ambos países, perceptibles en el pavimento de la Abadía de Westminster, decorado con mosaicos ‘cosmatescos’ ensamblados por artesanos de italianos y británicos en el 1268.
Otro “hito” del que Reino Unido se siente “orgulloso” es haber contribuido, aseguró, a la Unificación italiana, culminada en 1861.
De hecho, cuando el revolucionario Giuseppe Garibaldi, padre de la patria italiana, desembarcó en las costas sicilianas de Marsala (sur) en 1860 en busca de aquel sueño unionista, con sus mil ‘camisas rojas’, lo hizo escoltado por dos navíos de guerra de la Royal Navy.
“Garibaldi gozaba de gran admiración en el Reino Unido y cuando lo visitó en 1864 para agradecer su respaldo, el país fue contagiado por la ‘Garibaldimanía’. Casi medio millón de personas llegó a Londres para verle. Se inventó hasta un pastel con su nombre, máxima señal de estima británica”, apuntó, una vez más en tono irónico.
Pero, además, muchos otros “héroes” de la Unificación pasaron una parte de su vida en las islas británicas, como el Conde de Cavour o el inspirador de aquel proceso nacionalista, Giuseppe Mazzini.
“Nuestros países han aprendido el uno del otro, desde la maravilla del Renacimiento hasta la Revolución Industrial”, celebró el monarca, puntualizando que, por ejemplo, un tercio de las obras de William Shakespeare están ambientadas en aquella exótica Italia.
Carlos III sostuvo que los británicos “se han beneficiado enormemente” de la influencia itálica en su forma de vestir, beber y comer: “Espero, eso sí, que nos perdonaréis si de vez en cuando corrompemos vuestra maravillosa cocina. Lo hacemos, os lo prometo, con el máximo afecto posible”, bromeó.
Pero una parte especial de su discurso estuvo dedicada a los esfuerzos de su país para “liberar” Italia del fascismo en la II Guerra Mundial, a pocos meses de que se conmemoren los 80 años del fin de este conflicto, el 8 de mayo de 1945.
Por eso, homenajeó con su recuerdo a los muchos soldados británicos y canadienses que participaron en el desembarco aliado en Sicilia (sur): entre ellos, más de 45.000 pertenecían a la ‘Commonwealth’ y 30.000 eran directamente británicos, ilustró.
El monarca, además, suscitó el aplauso de los parlamentarios al elogiar el papel “heroico” de la Resistencia y el “ejemplo” de Paola Del Din, una partisana “Medalla de Oro al Valor Militar” por ser la primera italiana en lanzarse en paracaídas sobre los fascistas.
“Recordemos el terrible precio de la guerra y el precioso don de la paz”, emplazó el monarca, abogando por seguir relegando los “ecos” de las armas a la historia del continente.
Gonzalo Sánchez