Carvajal, pregonero de las fiestas de Madrid, una ciudad “de moda” que no se pone “frenos”

Dani Carvajal (d), futbolista del Real Madrid nacido en Leganés, ha dado este jueves el pistoletazo de salida oficial a las fiestas de San Isidro. EFE/EFE-TV

Madrid, 9 may (EFE).- Dani Carvajal, futbolista del Real Madrid nacido en Leganés, ha dado este jueves el pistoletazo de salida oficial a las fiestas de San Isidro, patrón de la capital, una ciudad de acogida que “está de moda”, que “no se pone frenos” y que tiene por delante un futuro “lleno de oportunidades”.

Cuando los ojos del mundo entero miraban hacia el balcón de la Basílica de San Pedro para conocer el rostro del nuevo Papa, Carvajal ha salido a los engalanados balcones de la Casa de la Villa para pronunciar un pregón que ha sido precedido por unos espontáneos “¡Hala Madrid!” coreados por el público de la plaza de la Villa.

Abarrotada estaba la plaza medieval de aficionados merengues, turistas curiosos y madrileños vestidos de calle o con los típicos trajes de chulapo y chulapa que no han querido perderse el arranque oficial de unas fiestas que comenzaron el sábado pasado y se extenderán hasta el 15 de mayo.

“No sé si conocéis al pregonero de este año”, ha ironizado ante la multitud el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quien ha acompañado a Carvajal junto a ediles de todos los grupos del Ayuntamiento (Más Madrid, PSOE y Vox).

El regidor del PP, reconocido aficionado del Atlético de Madrid, ha añadido, antes de empezar a enumerar todos los méritos deportivos de Carvajal, una “extraordinaria persona”: “A mí, que soy de la otra acera, me suena bastante, la verdad”.

Ser pregonero fue un “chute de energía” cuando atravesaba un momento “complicado”

Dani Carvajal (c), futbolista del Real Madrid nacido en Leganés, ha dado este jueves el pistoletazo de salida oficial a las fiestas de San Isidro. EFE/EFE-TV

Tras esas palabras ha sido el turno de Carvajal, que se ha subido al balcón de la antigua sede del Ayuntamiento de Madrid no como deportista, sino como un “ciudadano más” y, “sobre todo”, como “madrileño agradecido” por tener el “honor” de ser el pregonero de las fiestas patronales de su ciudad.

El capitán del Real Madrid ha confesado que cuando recibió la propuesta del alcalde de ser pregonero de San Isidro estaba atravesando un momento “complicado”, en mitad de una lesión de esas que duelen “en el cuerpo” y en el “ánimo”.

“Cuando uno vive por y para el deporte, quedarse parado es como desaparecer”, pero la propuesta de pregonar las fiestas de San Isidro fue un “chute de energía”, ha reconocido ante un gesto que, viniendo de un alcalde rojiblanco, le pareció “bonito” y paradigmático de lo que es Madrid.

Porque en la capital quienes tienen “gustos” diferentes o piensan de otra manera “saben encontrarse en lo esencial”: “Y lo esencial es esta ciudad. Por encima de todas las diferencias está Madrid”, que no es “solo una ciudad”, sino una “actitud”, un “estado de ánimo”, el “contraste” entre la prisa y la calma.

Carvajal, que ha continuado reivindicando que Madrid es un paseo por el Retiro un domingo o una caña “bien tirada”, ha elogiado la capacidad de la capital para acoger a personas nacidas en otras latitudes.

“Sí, soy de Leganés. Pero eso aquí no importa”, ha enfatizado el futbolista, que también “representa” a la capital cuando se enfunda la camiseta del Real Madrid, porque ciudad y equipo comparten la misma historia, el mismo “compromiso” y las mismas “ganas” de aspirar “siempre” a lo “más alto”.

Ha aseverado el defensa que Madrid ha crecido “mucho” en los últimos tiempos  -“estamos en boca de todos, se podría decir que estamos de moda”-, y ha defendido que no es casualidad, sino “resultado” de “años de esfuerzo” para empujar una ciudad que “no ha tocado techo” y que tiene un futuro por delante “lleno de oportunidades”.

Madrid “no conoce límites” y no “se pone frenos”, ha recalcado el número 2 del Real Madrid, que, antes de terminar su pregón con el típico “De Madrid al cielo”, ha sostenido que son los vecinos de la ciudad los “encargados” de “seguir haciéndola crecer”.