Barcelona (EFE).- La multitudinaria concentración del pasado viernes, fecha inicial del desahucio a un vecino de la Casa Orsola de Barcelona, y la previsión de repetirla este martes, han servido para aplazar el lanzamiento al 18 de febrero, mientras que la propiedad ha abierto este lunes la puerta a vender el edificio.
Son 15 días en los que Josep Torrent, un profesor de 49 años, podrá seguir viviendo en el que ha sido su piso durante 22 años, y en los que el Sindicato de Inquilinos, tras movilizar a centenares de personas para impedir el desahucio, tratará de negociar con la propiedad y con el Ayuntamiento para hallar una solución.
Por su parte, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, cuyo gobierno dio luz verde el pasado viernes al Síndic de Greuges de Barcelona para actuar como mediadora en las negociaciones, ha defendido este lunes que este aplazamiento es «la primera consecuencia» de la mediación iniciada este fin de semana.
Collboni ha insistido en su compromiso para «garantizar el derecho a la vivienda a los inquilinos de la Casa Orsola», pero ha evitado pronunciarse sobre la posibilidad de que el consistorio la adquiera, lo que desestimó hacer cuando Ada Colau era alcaldesa.
Los vecinos, el Sindicato de Inquilinos y la propiedad han visto con buenos ojos que el Ayuntamiento, a través del Síndic, haya decidido participar en las negociaciones, aunque consideran que, tras tres años de conflictos entre las partes, llega «tarde».
Del uso residencial a alquileres de temporada
Las dos fincas de la Casa Orsola (el número 137 de la calle Calàbria y el 122 de la calle Consell de Cent) fueron adquiridas en octubre de 2021 por el fondo Lioness Inversiones, que al mes siguiente notificó a los inquilinos que debían abandonar los pisos una vez finalizaran sus contratos.
La noticia encendió las alarmas entre la comunidad, que acusa a la nueva propiedad de «echar a inquilinos para crear alquileres de temporada por el triple de precio» y que lleva tres años visibilizando su situación junto con el Sindicato de Inquilinos.
«Si en el momento de la compra, en las dos fincas había 27 familias de inquilinos viviendo (entre contratos indefinidos y alquileres de duración habitual), ahora solo hay 18 pisos habitados, cinco de los cuales tenemos procedimientos judiciales abiertos donde se pide nuestro desahucio», aseveró Josep Torrent en una carta emitida el pasado 27 de enero.
Tres días después, en la víspera del primer intento de desahucio, los vecinos y el Sindicato de Inquilinos organizaron un maratón de actividades, entre ellas actuaciones musicales y una acampada nocturna, para impedir el lanzamiento.
La presencia de cientos de personas, finalmente, impidió que la comitiva judicial ejecutara la orden judicial alegando razones de seguridad, por lo que el desahucio quedó aplazado hasta las 05:00 horas de la madrugada de este martes, fecha que ahora ha vuelto a posponerse hasta el 18 de febrero a las 09:30 horas.
Tras conocer la noticia del aplazamiento, Josep Torrent ha confesado que estos últimos días han sido «una montaña rusa de emociones», que los vecinos están «desbordados» y ha querido agradecer a todas las entidades y personas que se han movilizado para «mostrar su apoyo».
Puerta abierta a vender el edificio
Desde la compra del bloque, los vecinos han acusado a Lioness Inversiones de no querer negociar con ellos ante la finalización de sus contratos.
Sin embargo, este lunes Albert Ollé, propietario de Lioness Inversiones y, por tanto, de la Casa Orsola, ha roto su silencio con una carta pública en la que ha abierto la puerta a vender el edificio después de recibir «insultos y ataques» hacia su persona.
«Después de recibir todo tipo de insultos y ataques, supongo que finalmente terminaré vendiendo la finca», ha explicado Ollé, quien ha recriminado a Torrent el hecho de dirigirse al Sindicato de Inquilinos antes que negociar con su fondo.
El empresario barcelonés ha subrayado que, cuando venda el edificio, los inquilinos «podrían encontrarse con un auténtico fondo buitre» que «no tendrá interés en preservar el patrimonio»: «Yo solo quería mantener sosteniblemente un edificio modernista que forma parte de la historia de Barcelona», ha argumentado.
Pese al aplazamiento del segundo intento de desahucio a Josep Torrent, el Sindicato de Inquilinos ha anunciado que mantiene las actividades previstas para las 21:00 horas de este lunes, entre ellas actuaciones musicales y parlamentos, para «celebrar el éxito de la movilización social», y ha hecho un llamamiento a «volver a defender la Casa Orsola» el próximo 18 de febrero. EFE