Castella y Talavante, a hombros, tras cortar cada uno dos orejas en Calahorra (La Rioja)

El diestro Sebastián Castella en su faena en la feria taurina en honor a San Emeterio y San Celedonio este domingo en la localidad riojana de Calahorra. EFE/Raquel Manzanares

Calahorra (La Rioja), 31 ago (EFE).- Los diestros Sebastián Castella y Alejandro Talavante han salido este domingo a hombros de la plaza de toros de Calahorra, al cortar cada uno dos orejas en el cierre de feria de esta ciudad riojana.

El diestro Alejandro Talavante en la feria taurina en honor a San Emeterio y San Celedonio este domingo en la localidad riojana de Calahorra. EFE/Raquel Manzanares

Se han lidiado seis toros de Garzón Valdenebro, todos muy justos por delante; terciados, nobles y repetidores primero y segundo; manejables tercero y cuarto; de embestida pastueña el quinto y el con genio el sexto toro.

Sebastián Castella: fuerte petición tras aviso y dos orejas tras aviso.

Alejandro Talavante: oreja tras aviso en ambos.

Octavio García El Payo: silencio y oreja en el que cerró feria.

Algo más de tres cuartos de entrada en la plaza de Calahorra.

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Castella, en su primero, estuvo tan capaz como relajado. Acompañó el viaje al lancear por el derecho y tampoco obligó al hacerlo con la zurda. Dio tiempo entre series firmando una estocada recibiendo. Se le pidió con fuerza el premio, algo que el palco no entendió. Bronca al palco y ovación tras aviso para el francés.

Talavante desarrolló su toreo de mando y solvencia, que pronto caló en la grada. Faena de pasajes muy variados y poca profundidad, dejando patente ser poco enemigos el de Garzón para el extremeño. Oreja tras aviso.

Mejor presentado por delante fue el tercero. Otra vez. la falta de fuerzas condicionó el trasteo que firmó El Payo, quien no pudo obligar. El noblote animal se tragó todo lo que propuso el mejicano, pero la hondura brilló por su ausencia. Algún natural meritorio fue lo más destacable en faena rubricada con estocada posterior a otra que hizo guardia. Silencio.

Algo más de chispa que sus hermanos sacó el cuarto de salida, pero duró poco. Castella, como en su primero, anduvo parsimonioso y capaz. Dejó circulares templados siendo más discontinuo lo dejado por el pitón izquierdo. Acabó con circulares invertidos y metido entre pitones, ante un público muy agradable y poco exigente con lo entendible por emoción.

Faena larga premiada con dos orejas tras escuchar aviso.

Inició de rodillas y pasajes galeristas, como único recurso para poder brillar, dejó Talavante en su segundo. Dio tiempo entre series para desahogar al de Garzón, cuya pastueña embestida animaba a abreviar el trasteo. Ahí, el extremeño tiró de oficio alardes vistosos, que llegaron a la grada. Casi entera, aviso y oreja.

Agresivo de salida el cierraplaza desordenó un tanto la lidia en los primeros tercios. El Payo lanceó en un inicio sin estrecheces al más protestón del encierro. Pese a ello, fue la faena de más vibración, habida cuenta del geniecillo que sacó el colorado que cerró feria. El manito, que fue volteado, le plantó cara surgiendo los momentos de mayor emoción de la tarde. Estocada de efecto fulminante. Oreja. EFE

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