Chano Domínguez y Bronquio montan su cueva flamencoelectrónica en el Sónar

Concierto de los artistas Chano Domínguez y Bronquio, unidos para la producción 'Calle Barcelona', que homenajea a Paco de Lucía, durante la primera jornada del festival Sónar, este jueves en Barcelona. EFE/Marta Pérez

Guillermo Cabellos

Barcelona, 12 jun (EFE).- La proyección de unas excavadoras sustituye la piedra blanca y el azulejo atestado de carteles taurinos y los focos de colores toman el papel de la luz inestable de las velas. Con este fondo, Chano Domínguez y Bronquio han montado su cueva flamencoelectrónica en el Sónar para homenajear a Paco de Lucía.

Así, el pianista Chano Domínguez se ha presentado en la Fira de Montjuïc con el proyecto ‘Calle Barcelona’ bajo el brazo, un espectáculo compartido con el productor Bronquio, el guitarrista David Leiva y varios intérpretes del Taller de Músics, cuyo nombre viene de la calle en la que Paco de Lucía vivió de niño en Algeciras.

Con un keytar amarrado al cuello de Domínguez, el sonido ha invadido la cueva moderna con unos acordes que resuenan a flamenco, pero que llegan a los oídos como una revolución electrónica.

Los tres cuartos de hora que ha durado esta fiesta flamenca se han vertebrado sobre incontables ‘medleys’, mezclas de temas de Lucía que se han fundido en la mesa de Bronquio para convertirse en piezas de baile.

A ratos, el asunto ha sonado a feria de pueblo, a ratos el espectáculo ha tomado un aspecto funk, pero en todo momento ha mantenido su doble esencia flamenca y electrónica, gracias a la guía de la batería de Joaquín de la Cruz y a la trompeta de Pol Garcia.

Sin Chano ni Bronquio sobre el escenario, la guitarra de David Leiva -transcriptor oficial de Paco de Lucía- y la voz de Irene Ribas han recordado que la música nace en el fondo de una bodega, aunque el público, ávido de música de baile, ha tardado un poco en entender que la romería requería silencio.

La juerga musical ha seguido con las palmas redobladas por Bronquio en su set, mientras que la trompeta y el keytar se contestaban de mala leche, fundiéndose y separándose en un juego en el que la batería se imponía sobre un emocional cante.

 Melodías mágicas al piano

Entre todo, se han identificado temas de Paco de Lucía como ‘Solo quiero caminar’, ‘Zyryab’, ‘Almoraima’ o ‘Entre dos aguas’, que han servido como excusa a la improvisación y al sonido frenético y desbordado.

Tras esto, la primera vez que Domínguez se ha sentado al piano, el Sónar ha sido testigo de melodías fantásticas y mágicas, de esas que se inspiran en un mal contando orientalismo, pero que enseguida se anclan de nuevo en el flamenco con toda la banda de fondo.

La segunda vez que lo ha hecho, los músicos han abandonado el escenario. «Sé que es muy raro un solo de piano en el Sónar», ha exclamado Domínguez, para lanzarse con ‘Monasterio de sal’, una pieza compuesta por Paco de Lucía inspirado por una mina de sal en Colombia, con la que el gaditano y el algecireño se han encontrado a solas, cara a cara, en la solemnidad de Montjuïc.

El regreso del resto de intérpretes han roto el embrujo de la clausura, para invocar la comunión de todo los instrumentos que, pasados por las manos de Bronquio, intensifican la electrización del flamenco.

El experimento, auspiciado por el Taller de Músics, Sónar, la Fundación SGAE y la Fundación Paco de Lucía, ha servido así como pistoletazo de salida a esta 32 edición del festival barcelonés.

Concierto de los artistas Chano Domínguez y Bronquio, unidos para la producción 'Calle Barcelona', que homenajea a Paco de Lucía, durante la primera jornada del festival Sónar, este jueves en Barcelona. EFE/Marta Pérez