Pekín/Shanghái, 7 may (EFE).- China pidió este miércoles sinceridad a Estados Unidos en las conversaciones comerciales que equipos de ambos países mantendrán este fin de semana en Suiza al tiempo que desveló un nuevo paquete de estímulos destinado a impulsar la recuperación económica, en jaque ante los gravámenes de Donald Trump.
Del lado chino estará He Lifeng, responsable de las negociaciones comerciales del gigante asiático, y del estadounidense su secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien ayer avanzó que el encuentro tendrá lugar el sábado y domingo y que será en esos mismos días cuando se decidirá de qué hablarán.
“Tengo la sensación de que se tratará de desescalar, no del gran acuerdo comercial, pero tenemos que desescalar antes de poder avanzar”, dijo Bessent en una entrevista en la cadena Fox News.
Según el funcionario, el desplazamiento busca encaminar una negociación comercial que llega porque, afirmó, “los dos coincidimos en que esto no es sostenible, especialmente en el lado chino”.
“Un 145 %, un 125 % (de aranceles) es el equivalente a un embargo. Nosotros no queremos un desacople, queremos un acuerdo justo”, señaló en la mencionada entrevista.
Por su parte, Pekín aseguró hoy que “todo diálogo y negociación debe llevarse a cabo bajo la premisa del respeto mutuo” al referirse a las reuniones, que ha aceptado “teniendo en cuenta las expectativas globales, los intereses de China y las demandas de la industria y los consumidores estadounidenses”.
“EE. UU. debe mostrar sinceridad en las conversaciones, corregir sus prácticas erróneas, encontrarse en un punto medio con China y resolver las preocupaciones de ambas partes mediante consultas en igualdad de condiciones”, manifestó la cartera de Comercio chino en un comunicado.
No obstante, el ministerio puntualizó que fue EE. UU. quien adoptó “una serie de medidas arancelarias unilaterales, ilegales e irrazonables que han afectado gravemente las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos, perturbado gravemente el orden económico internacional y supuesto graves desafíos para la recuperación de la economía global”.
En la versión china de los hechos, altos funcionarios estadounidenses “han estado filtrando continuamente información sobre el ajuste de sus medidas arancelarias, trasladándola activamente a China a través de diversos canales con la esperanza de dialogar”.
La cartera reiteró que China mantiene la puerta abierta al diálogo pero que si EE. UU. desea negociaciones “debe afrontar el grave impacto negativo que sus aranceles unilaterales han supuesto para sí mismo y para el mundo, respetar las normas económicas y comerciales internacionales y las voces racionales de todos los ámbitos”.
Asimismo, avisó de que si Washington “dice una cosa y luego hace otra, o si intenta seguir coaccionando y chantajeando bajo la apariencia de negociaciones, China jamás aceptará”.
Desde que Trump reactivó la guerra comercial a principios de abril, Estados Unidos ha impuesto aranceles del 145 % a productos chinos, a lo que China ha respondido con gravámenes de hasta el 125 % sobre importaciones procedentes del país norteamericano.
Nuevas medidas para afrontar los aranceles
Al tiempo, las autoridades chinas anunciaron hoy una serie de medidas de apoyo para la recuperación económica, que viene siendo menos brillante de lo que se esperaba tras los años del ‘cero covid’ y que ahora debe afrontar una amenaza adicional por los aranceles impuestos por Trump.
El gobernador del Banco Popular de China (BPC, banco central), Pan Gongsheng, avanzó nuevas rebajas de tipos de interés, de los requisitos de reserva bancaria (RRR) o de las tasas a las ‘repos’ a 7 días, una de sus principales herramientas para inyectar liquidez al sistema financiero.
Asimismo, se anunciaron bajadas a tipos hipotecarios, mecanismos de crédito para consumo de servicios y cuidados a ancianos, medidas de apoyo temporal a financieras automotrices o un aumento del crédito a innovación tecnológica.
Para los expertos, se trata de una decisión “obvia” que cumple con lo que se esperaba, y muestra que Pekín está tratando de medir el impacto de la guerra comercial y su consiguiente reacción para amortiguarlo, por lo que se esperan más anuncios como el de hoy antes de que termine el año.
En cualquier caso, la consultora británica Capital Economics asegura que la efectividad de la política monetaria en China ya no es la que era, y que el aumento del apoyo fiscal está siendo “insuficiente”, lo que hace previsible un ajuste de los presupuestos a mitad de año para evitar que el crecimiento frene en demasía.
Aparte de la amenaza de los aranceles, la baja demanda nacional e internacional, unida a riesgos de deflación, estímulos insuficientes, una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo o una falta de confianza en el seno de los consumidores y el sector privado son algunas de las causas que esgrimen los analistas para explicar lo que sucede en la segunda mayor economía del mundo. EFE