Pekín, 11 mar (EFE).- China clausuró este martes su Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), la principal cita política del país, en la que sus autoridades dieron luz verde a diversas medidas encaminadas a mantener a flote la economía y sortear la guerra comercial iniciada por Donald Trump.
Al cierre de su única sesión plenaria del año, que reunió a casi 3.000 legisladores en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín desde el pasado 5 de marzo bajo la supervisión del presidente chino, Xi Jinping, el órgano ratificó los presupuestos anunciados durante la semana y el informe de trabajo del Gobierno.
El presidente de la ANP, Zhao Leji, número tres en el escalafón del Partido Comunista chino (PCCh), se ausentó de la ceremonia de clausura por una “infección del tracto respiratorio”, dijo durante la sesión su adjunto, Li Hongzhong, que presidió el evento en su lugar.
En la inauguración del cónclave, el primer ministro, Li Qiang, avanzó que el país tiene el objetivo de crecer “alrededor del 5 %” este 2025. Entre sus recetas económicas, flexibilizar la política monetaria, con inminentes recortes de las tasas de interés, o una meta del 2 % para la inflación, la más baja desde 2003.
“El objetivo de esta ANP ha sido garantizar que la economía china es capaz de resistir a los aranceles de Trump”, afirma la analista Alicia García-Herrero, de la firma Natixis, en un informe remitido a sus abonados.
La cita certificó un aumento del apoyo fiscal que, según algunas voces, es “más discreto de lo que parece” dado que el gasto real en déficit será inferior al de ciclos de flexibilización anteriores, si bien Pekín podría estar guardándose munición para reajustarlo durante el año cuando esté más claro el impacto arancelario.
“Es una apuesta por políticas más laxas, precios más bajos y más oferta manufacturera que ayuden a China a salir adelante gracias a su fuerza exportadora”, explica García-Herrero.
Y aunque bajar los precios para competir no está exento de riesgos, la analista apunta que los aranceles de Trump y la debilidad del dólar “no le dejan mucho margen a China”.
Además, que aumente su capacidad manufacturera implica que China no tiene ninguna intención de corregir su exceso de capacidad, un escenario que, agrega, debería “preocupar” en Bruselas por una nueva “inundación de productos chinos en el mercado europeo”.
Preparados para la guerra comercial
China ha respondido con dureza a la duplicación al 20 % de los aranceles de Trump a cuenta del fentanilo y lo ha hecho en varios frentes, con el anuncio de más tasas a los bienes estadounidenses y advirtiendo de que Pekín está dispuesto a luchar “hasta el final”.
“Quienes lanzan guerras comerciales acaban haciéndose daño a sí mismos. Estados Unidos tiene que aprender la lección y cambiar su actitud”, apostilló el lunes la portavoz de Exteriores Mao Ning.
Por otra parte, la ANP redobló, al menos verbalmente, la apuesta china por la autosuficiencia en tecnologías clave para reducir su dependencia de EE. UU., y en estas sesiones han destacado las discusiones sobre cómo apoyar la innovación en áreas como la Inteligencia Artificial.
También se busca recuperar la inversión extranjera, que en 2024 marcó flujos negativos récord, o promover el desarrollo del sector privado con la confianza del sector rondando mínimos históricos tras años en el punto de mira de las campañas reguladoras de Pekín.
Retórica antiestadounidense
Durante la cita, China rechazó de facto el ofrecimiento de Trump de negociar junto con Rusia una reducción del dispendio militar al aumentar su gasto en Defensa un 7,2 %, y volvió a expresar su oposición a las actividades “separatistas” en Taiwán, con renovadas promesas para “avanzar con firmeza en la causa de la reunificación”, en línea con la postura de los últimos años.
Otro de los platos fuertes de la ANP fue la rueda de prensa anual del jefe de su diplomacia, Wang Yi, que fue duro con la nueva administración estadounidense al acusar a Trump de querer volver a “la ley de la jungla”, de ir “intimidando a los más débiles” o de tener una “doble cara” que “no ayuda a generar confianza mutua”.
“Ningún país debería fantasear con reprimir a China y mantener buenas relaciones con China al mismo tiempo”, zanjó, e intentó posicionar a su país como potencia “responsable” y socio “confiable” frente a un Trump más impredecible que nunca.
Jesús Centeno