Pekín, 21 may (EFE).- La Guardia Costera de China supervisó recientemente el suministro de víveres realizado por Filipinas a un buque militar varado en el arrecife Second Thomas, parte de las disputadas islas Spratly, en el mar de China Meridional, informó la institución.
El portavoz de la Guardia Costera china, Liu Dejun, declaró este martes que el 16 de mayo Filipinas envió un buque civil para entregar suministros al navío militar Sierra Madre, una acción llevada a cabo “con el permiso” previo de China.
Durante la operación, la Guardia Costera supervisó el proceso en las aguas del arrecife (conocido en Filipinas como Ayungin y en China como Ren’ai) y llevó a cabo consultas para confirmar la situación.
El comunicado, divulgado a través de la cuenta oficial de la Guardia Costera en la plataforma WeChat -similar a WhatsApp, censurada en el país asiático-, subraya que el gigante asiático espera que Filipinas “cumpla con sus compromisos, colabore con China y gestione conjuntamente la situación en la zona”.
La Guardia Costera reiteró su intención de continuar con las actividades de aplicación de la ley para proteger sus derechos en las islas Spratly, conocidas en China como Nansha.
Las autoridades filipinas alegan que Second Thomas y otro atolón en disputa, el Scarborough (conocido como bajo de Mansiloc en Filipinas y como Huangyan Dao en China), ocupado por Pekín, se encuentran dentro de las 200 millas náuticas (370 kilómetros) de su zona de exclusividad económica, que según la ley internacional le da derecho a la explotación de los recursos.
El buque Sierra Madre fue varado por Manila en 1999 en Second Thomas con una guarnición militar para reclamar su soberanía.
La disputa territorial entre Pekín y Manila se ha intensificado desde la llegada al poder de Ferdinand Marcos Jr. en 2022, quien ha reforzado su alianza militar con EE. UU. y ha adoptado una postura más firme en la defensa de su territorio.
Esta situación ha contribuido a la escalada de tensiones en el mar de China Meridional, donde ambos países mantienen reclamaciones territoriales sobre una zona estratégica que alberga el 12 % de los caladeros mundiales y posibles yacimientos de hidrocarburos, además de ser una ruta clave para alrededor del 30 % del comercio global.
Filipinas busca alinear sus políticas con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) para reafirmar sus derechos en su zona económica exclusiva, mientras China sostiene sus reivindicaciones basadas en argumentos históricos, lo que ha llevado a incidentes frecuentes entre embarcaciones de ambos países.