Chris Duarte: «Tuve muchas opciones, no sólo la del Madrid; La mejor decisión era Málaga»

El alero dominicano de Unicaja, Chris Duarte (d), con el balón ante la defensa del pivot angoleño del Real Madrid, Bruno Fernando, en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena de Málaga en foto de archivo de Carlos Díaz.

Madrid, 17 sep (EFE).- El baloncestista dominicano Chris Duarte, flamante fichaje del Unicaja Málaga, desveló este miércoles que no solo recibió ofertas del Real Madrid, sino también de «más equipos de la Euroliga, de la Liga ACB e incluso de la NBA», aunque consideró que la mejor decisión era irse a Málaga para emprender una nueva etapa en su carrera.

«Cuando tienes familia ya no depende de ti, depende de ellos. Ellos son la prioridad para mí. La razón por la que he decidido venir a Málaga es por una cuestión de estabilidad y por una vida más tranquila y segura. Tuve muchas opciones, no sólo la del Madrid, pero de equipos de la Euroliga, de la Liga ACB, también de la NBA… de todos los lados», dijo el exalero de los Chicago Bulls e Indiana Pacers en una entrevista al diario Sur de Málaga.

Natural del Puerto Plata (13 junio 1997), el internacional con República Dominicana, que se encuentra actualmente con el club cajista en Singapur para disputar la Copa Intercontinental, consideró ser un afortunado por poder viajar alrededor del mundo y conocer distintas culturas.

«Lo estoy disfrutando al máximo. Cada cultura es diferente, aprendes mucho y te llevas cosas nuevas para casa. Por ejemplo, la comida es muy diferente a por allá, por América. Es algo que pude comparar. Saber dónde se come mejor, dónde se vive mejor, la seguridad… Un día te puedes sentar a decidir dónde se vive mejor. Es una aventura y una bendición tener esta oportunidad», apuntó.

Duarte, que llegó al Unicaja procedente del Vaqueros de Bayamón puertorriqueño el pasado 26 de agosto, debutó con el cuadro anzaluz hace diez días en la final del Torneo Costa del Sol contra el Real Madrid (82-89), donde pese a la derrota contribuyó con 14 puntos en tan solo 12 minutos. Ahora, en la Copa Intercontinental, espera que su trabajo y el del equipo dé frutos.

«Me siento capacitado. Trabajo duro para estos momentos. Estoy preparado. El resultado será el que sea, pero salgo a la cancha a dar el máximo. Estoy agradecido por la oportunidad que tengo y el compromiso que tengo, que es grande. Hay expectativas, lo entiendo, pero al final del día trato de no presionarme. Llevo muchos años jugando al baloncesto, estoy más emocionado que presionado. Estoy contento», expresó el caribeño.

Según detalló el baloncestista de 28 años, la familia, el baloncesto y la religión son lo grandes pilares de su vida.

Respecto al vínculo familiar, Duarte señaló que eso se debe a que su padre murió con el todavía era recién nacido y que, por lo tanto, siente la necesidad de estar presente y enseñar cosas que le faltaron.

«Nunca sentí esa presencia de mi padre biológico y creo que hoy en día eso es lo que me hace ser el padre que soy. Soy un padre que siempre quiere estar presente para mis hijos y mi familia. Quiero enseñarles las cosas que algún día a mí me faltaron. Es algo íntimo, por eso soy el hombre y el padre que soy. Ellos lo son todo para mí. Me los he tatuado, pero me falta el tercero y me lo tengo que hacer porque estoy seguro que me lo va a pedir», dijo.

El pasado 6 de septiembre su mujer, Sylvia, anunció públicamente que padece de cáncer en la tiroides, una noticia dura y que solo «gracias a Dios y a la unión familiar» le permitió a Duarte sacar fuerzas.

«Fueron unos momentos difíciles, porque en su familia han sufrido mucho con esa enfermedad. Al escuchar esa palabra una vez más la verdad es que nos dio duro. Gracias a Dios y a la unión familiar, hemos sacado fuerzas. El club nos apoyó y nos ayudó a buscar una solución», afirmó.

Sobre su lado religioso señaló: «Es algo que viene de familia y de la cultura. En República Dominicana somos muy creyentes en Dios. Todo lo agarramos de él. Sabemos que sin él nada de esto es posible. Somos gente de mucha fe. Nosotros hasta para mover un plato le pedimos a Dios que nos ayude a hacer ese trabajo. Es algo que viene de la cultura de mi familia, de mi abuela, de mi madre, de mis tíos… Nosotros en algún momento vamos a la iglesia, oramos, le pedimos a Dios y buscamos esa cercanía hacia él».