Madrid, 3 jul (EFE).- El Real Madrid ha anunciado este jueves la salida como técnico de Chus Mateo, quien accedió al cargo en septiembre de 2022 en sustitución de Pablo Laso y, desde entonces, ha disputado diez finales ganando seis títulos; una Euroliga, dos ligas, una Copa del Rey y dos Supercopas.
Son los éxitos tangibles de quien accedió al cargo con una presión añadida a la que ya de por sí tiene todo aquel que dirige al conjunto blanco. En su caso esa «mochila» fue más pesada si cabe por los veintidós trofeos logrados por Laso, el entrenador con más encuentros dirigidos en la historia de la sección y con más victorias.
A su lado ejerció como ayudante y cuando se le dio la opción de seguir sus pasos fue poco a poco trazando su propio camino, pero siempre mostrándose respetuoso y agradecido a su predecesor. Sin una palabra más alta que otra, cimentó su trayectoria conquistando el primer título en juego, la Supercopa de ese mismo verano. Y a partir de ahí dejó que su trabajo hablara por él.
En su campaña inicial, superada con éxito la prueba de aquella puesta en escena, logró tomarle el pulso tanto a la Liga Endesa como a la Euroliga, situando al equipo tercero en la fase regular de ambas competiciones y con ello, bien preparado de cara al tramo final del curso. Peor fueron las cosas en la Copa del Rey, donde la eliminación en semifinales contra el Unicaja de Málaga, uno de los rivales que más problemas le planteó en esta etapa, fue un revés duro.
Aún así de su mano el plantel no se vino abajo y fue capaz de firmar una de las mayores heroicidades que se recuerdan en la historia de la máxima competición europea. Emparejado en los playoffs contra el Partizan de Belgrado, los suyos llegaron a ir 0-2 en la serie al mejor de cinco partidos pese a tener el factor cancha a favor. Una situación muy compleja que esquivaron para acabar dándole la vuelta, jugando la Final a Cuatro y ganándola tras deshacerse en semifinales del Barcelona y en la final de Olympiacos gracias a una canasta de Sergio Lull que ya es historia de la sección.
El ‘milagro de la undécima’ fue a la postre el principal argumento para no dudar del proyecto a pesar del varapalo que poco después se sufrió en la Liga Endesa cuando el Barça, máximo rival y en ocasiones el espejo en el que mirarse a la hora de hacer balance, se impuso en la final por un contundente 3-0.
El verano ayudó a ordenar las ideas y a la vuelta se vio a un Real Madrid dominador, que irrumpió en el parqué con firmeza. No solo ganó una nueva Supercopa, la sexta consecutiva, sino que además enlazó una racha de 19 victorias oficiales en un arranque de temporada que acabó cortando el Unicaja de Málaga en Liga.
Aún así, no bajó el ritmo del equipo, que apareció en la Copa del Rey como el principal favorito, con unas buenas sensaciones que refrendó proclamándose campeón por primera vez desde la 2019-2020 al vencer en Málaga al Barça por 96-85. Además en la Euroliga cerró la ‘liguilla’ con un balance de 27-7, estableciendo un nuevo récord.
Dadas las circunstancias se desató la ilusión de un pleno de títulos, rota en la final de la máxima competición europea contra el Panathinaikos en Berlín. Fue la única nota triste en una 2023-2024 para enmarcar, cuya guinda fue la conquista de la Liga Endesa, imponiéndose por 3-0 en la final al UCAM Murcia.
Si el anterior periodo estival había sido relativamente tranquilo, el siguiente resultó todo lo contrario. Salieron veteranos como Sergio Rodríguez, Rudy Fernández y Fabien Causeur y tampoco siguieron piezas importantes como los franceses Guerschon Yabusele y Vincent Poirier. Un ataque a la línea de flotación que tuvo consecuencias en los primeros meses de competición, cuando se perdió la Supercopa ante el Unicaja y se cosecharon dos derrotas ligueras en las dos primeras salidas a La Coruña y Bilbao.
La incertidumbre por ese comienzo dubitativo se hizo también patente en la Euroliga, donde el equipo sufría lejos de su pista e incluso cosechaba en ella derrotas inoportunas como la sufrida ante el Zalgiris de Kaunas, probablemente el momento más bajo del año y en el que empezaron a escucharse voces críticas.
Con trabajo y garra el equipo, también gracias al hecho de recuperar algunos lesionados, salió del pozo y comenzó a florecer a finales del 2024. Quitando una nueva ‘decepción’ copera tras caer de nuevo ante el Unicaja en la final disputada en el Gran Canaria Arena, las sensaciones mejoraron notablemente. Más en la competición doméstica que en la Euroliga, donde a pesar de reconducir el rumbo hubo que recurrir al ‘play in’ para colarse entre los ocho mejores.
Sin boleto para la Final a Cuatro de Abu Dabi tras verse superados por el Olympiacos griego, la liga quedó como la única red de salvación. Y ahí no falló el Real Madrid, ganándola además con unos registros imponentes, con solo una derrota desde el 22 de diciembre, sin caer como anfitrión en toda la temporada y firmando una segunda vuelta perfecta.
Pese a ello el club no ha considerado eso suficiente y ha decidido enseñar la puerta de salida a Chus Mateo. Un desenlace amargo para una etapa que le permite irse con la cabeza muy alta; en la que más allá de los títulos deja como legado la imagen de un equipo siempre competitivo, muy superior a sus rivales por momentos y que consiguió enchufar al público del Movistar Arena para que este diera su mejor versión.
Carlos Mateos Gil