Científicas en Ecuador se enfrentan a “techos de cemento” para acceder a puestos de poder

La cofundadora de la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas (Remci), Claudia Segovia, trabaja este miércoles, en el laboratorio de la Universidad de las Fuerzas Armadas, en Sangolquí (Ecuador). EFE/ José Jácome

Guayaquil (Ecuador), 7 mar (EFE).- Si bien el número de científicas e investigadoras ha crecido en los últimos años en Ecuador, las mujeres se siguen enfrentando a “techos de concreto (cemento)” cuando buscan llegar a posiciones de poder en las que se toman las decisiones en las áreas de ciencia, tecnología y en la academia, explicó a EFE la cofundadora de la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas (Remci), Claudia Segovia.

“Tenemos un 18 % de rectoras, por lo que todavía no hay suficiente presencia femenina en las posiciones de poder, y aunque ha avanzado aún queda mucho por recorrer”, reflexionó la científica.

Bióloga de profesión y docente de la Universidad de las Fuerzas Armadas, Segovia cofundó hace nueve años la Remci precisamente un 8 de marzo, día internacional de la mujer, con el objetivo de visibilizar el trabajo de las investigadoras y crear referentes que permitan a las nuevas generaciones romper esos techos que ahora se avizoran complicados.

Las brechas en los altos cargos, dijo Segovia, se han alimentado de otras desigualdades que van sufriendo las mujeres durante su recorrido académico en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), carreras a las que suelen entrar en una paridad que se va disipando con el paso de los años debido a múltiples barreras a las que se tienen que enfrentar.

Estereotipos en la ciencia

La cofundadora de la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas (Remci), Claudia Segovia, sostiene una flor este miércoles, en el laboratorio de la Universidad de las Fuerzas Armadas, en Sangolquí (Ecuador). EFE/ José Jácome

Un estudio publicado en 2024 por la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) de Guayaquil evidenció a partir de datos de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu) que las mujeres en Ecuador son “significativamente menos propensas a obtener un título en STEM en comparación con los hombres” debido a la influencia de estereotipos de género.

“Tres de cada diez investigadores son mujeres en Ecuador, pero de ahí el porcentaje baja si preguntas cuántas docentes con doctorado son mujeres, cuántas son jefas de laboratorio o cuántas son las primeras autoras de un artículo científico. En cambio, ¿cuántas estamos en puestos de coordinación, haciendo el trabajo, pero no tomamos las decisiones? Ahí sí estamos la mayoría de nosotras, especialmente en universidades”, explicó.

Para la científica, el origen de estas desigualdades es multifactorial, pues desde niñas reciben información llena de estereotipos que luego son “muy difíciles de romper”.

Ella misma lo vivió con su familia, en la que siempre se había pensado que ella y sus tres hermanas, a diferencia del hijo varón, iban a terminar casándose en lugar de ser profesionales.

“Luego llegamos a academia y no es un lugar muy amigable para las mujeres. Por ejemplo, no todas las universidades tienen lactarios, no tenemos guarderías. Los niveles de violencia son altos”, señaló.

Segovia añadió que a la red les llegan “muchísimos casos de estudiantes y docentes que a veces tienen que dejar su espacio de trabajo por violencia”. “Pero eso no se dice, no se habla. O muchas veces toca dejar (el empleo) porque tienes que hacerte cargo de tu familia”, lamentó.

Recordó que en su primer día de clases un profesor le preguntó qué hacía en la universidad si las mujeres solo asistían “para buscar marido”, que le decían que la biología de campo era para los hombres y la de laboratorio para mujeres, y que durante su primer trabajo en una expedición pensaron que ella iba como cocinera.

El trabajo de la red de científicas

La cofundadora de la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas (Remci), Claudia Segovia, trabaja este miércoles, en el laboratorio de la Universidad de las Fuerzas Armadas, en Sangolquí (Ecuador). EFE/ José Jácome

Cuando regresó a Ecuador después de hacer su doctorado en Estados Unidos empezó a hablar sobre la desigualdad en la ciencia en las redes sociales y fue así que junto a dos colegas más decidieron fundar la Red.

Empezaron el camino en 2016 con 25 integrantes y ahora son más de 500 en todo el país. “Hemos trabajado en un proceso importante que es la visibilización de las científicas, porque no puedes ser algo que no ves. Queremos que se asocie el concepto de ‘experticia’ con mujer, porque inmediatamente está asociado a un hombre, pero sí tenemos expertas”, resaltó.

Ahora precisamente trabajan en el lanzamiento de una escuela de liderazgo para científicas denominada como ‘Escuela Genia’, que busca preparar a las investigadoras para esos puestos de responsabilidad en donde tanto hacen falta.

Además, debido al trabajo que realizan, la red acaba de ser galardonada por la Organización de Estados Iberoamericanos para la educación, la ciencia y la cultura (OEI), que premia a entidades o personas por su “destacada contribución a la cooperación para el desarrollo” en la región.

“Esto nos impulsa a también abrir puertas a esas niñas y esas mujeres que les interesa la ciencia, para que sepan que hacer ciencia no es fácil, pero no es imposible, pero sobre todo que este país necesita muchísima ciencia”, concluyó.

Cristina Bazán