Xavier Barros
Santiago de Compostela, 8 mar (EFE).- El físico David Glowacki prevé llevar a cabo este año en la Universidad de Santiago de Compostela (USC) una investigación basada en la teoría cuántica de considerar la materia como ‘esencia energética’ para ayudar a pacientes y sus familiares a aliviar la ansiedad y depresión generadas al conocer que están en la fase terminal de su vida.
La experiencia permitirá de manera voluntaria a pacientes del hospital Clínico de la capital gallega y a familiares suyos visualizar en tres dimensiones, con gafas, una recreación del proceso de transformación de la materia hasta reducirse y convertirse en pequeñas partículas cuánticas generadoras de energía.
Glowacki, un investigador estadounidense y artista polifacético, lidera un equipo en el CiTIUS, un centro tecnológico de investigación de la USC integrado por programadores informáticos y neurocientíficos para recrear con gafas de realidad virtual tridimensional una imagen generada en tiempo real de simulación de energía y materia del cuerpo humano en movimiento.
Graduado en química por la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) y ganador de una beca Fulbright para estudiar teoría cultural en la Universidad de Manchester (Reino Unido), Glowacki se doctoró en la Universidad de Leeds (Reino Unido) con una tesis sobre física molecular, para posteriormente recibir un contrato Oportunius de la Xunta, destinado a captar talento.
En una entrevista con EFE, el investigador ha explicado que esa experiencia, que espera iniciar en abril o mayo, ofrecerá a pacientes de enfermedades terminales, incluidos graves casos incurables de cáncer, y a familiares de estos “reimaginar sus cuerpos en la sensación de luz y energía”.
Cuando preparaba su tesis doctoral hace más de diez años, Glowacki sufrió un grave accidente practicando senderismo al caer por un barranco de unos treinta metros en el que se rompió varios huesos y vertebras, y tuvo una “experiencia cercana a la muerte”, ha confesado él mismo.
“Es un milagro que pueda caminar”, ha asegurado en su laboratorio del CiTIUS, y ha destacado que tras el fuerte impacto, mientras permanecía tendido en el suelo con el “cuerpo roto” y “dificultades para respirar” por tener “los pulmones encharcados de sangre”, pensó que ya estaba haciendo la “transición” hacia la muerte, pero “lo que me sorprendió -dice- es que no tenía nada de miedo” y “no me asustaba nada”.
Todavía recuerda esas “sensación de paz y tranquilidad profunda” que le condujo a tener la impresión de “separarse del cuerpo” y percibir cómo se transformaba en una “esencia energética”, ha rememorado.
El terrible accidente físico, pero sobre todo su experiencia al borde de la muerte y su capacidad para sobreponerse, le han llevado a investigar la percepción sensorial del fin de la vida.
Glowacki subraya la frase de que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma, de Antoine Lavoisier, considerado como el padre de la química moderna, y apunta que “muchas personas tienen temor a la muerte porque piensan que es el fin, pero podemos reimaginar nuestros cuerpos como energía y reimaginar la muerte como un cambio de un estado a una nueva manera de ser”, afirma, a “otra dimensión”.
Por ello, la experiencia inmersiva en laboratorio que propone “puede ayudar a la gente a una forma de acercarse a la muerte sin tanto miedo”, afirma.
Originario de Milwaukee, una ciudad del septentrional estado de Wisconsin, cerca de la frontera de Estados Unidos con Canadá, y afincado en Santiago de Compostela, espera efectuar esa experiencia en grupos de cuatro personas con un guía y aspira a tener al menos unas trescientas personas, aunque de momento solo dispone de tres guías, pero confía en recurrir a la inteligencia artificial para ampliar la experiencia en el futuro.
“La mayoría de tradiciones espirituales establecen que tenemos un mundo de materia y un mundo espiritual”, indica, y añade que “en la mecánica cuántica hay también esa idea de un lado materia y uno de energía”.
En su opinión, “es muy interesante observar que dos maneras de percibir el mundo muy distintas, tengan una manera de pensar en la materia y en el ser humano de cierta similitud”.
Entre los integrantes del equipo de Glowacki figura la investigadora Cathy Andreu, una neurocientífica que tras sus estudios en la Universidad Católica de Santiago de Chile, de donde es originaria, trabaja también en el CiTIUS, donde espera “profundizar en la experiencia no narrativa”, ha contado a EFE.
Su intención es conocer “no lo que están pensando la personas” en ese instante de la experiencia inmersiva, “sino lo que viven en el momento”, para lo que además incorporará medidores de respiración y de electrocardiograma con la intención de analizar la percepción sensorial.