Naciones Unidas, 2 sep (EFE).- El número de funcionarios de Naciones Unidas detenidos arbitrariamente por los hutíes en Yemen durante el fin de semana asciende a, al menos, 18 personas, informó este martes la Secretaría General de la ONU.
Los últimos reportes que se tenían hasta ahora cifraban estas detenciones en «al menos 11» trabajadores de la ONU, que se unen a los otros 23 compañeros con labores vinculadas a diferentes agencias e iniciativas de la organización internacional y que llevan privados de libertad desde 2021.
«El secretario general (António Guterres) reitera enérgicamente su exigencia de la liberación inmediata e incondicional de todos los detenidos, incluido el resto del personal de las Naciones Unidas (…) Nuestro personal y el de nuestros socios nunca deben ser objeto de persecución», repitió este martes Stéphane Dujarric, portavoz de Guterres, en su rueda de prensa diaria.
El político portugués condenó hace dos días estas «intolerables» detenciones, así como el allanamiento por la fuerza de instalaciones del Programa Mundial de Alimentos, la confiscación de bienes de la ONU o los intentos de entrar en otras instalaciones de la ONU en Saná.
En un documento difundido el domingo por el enviado especial de la ONU en Yemen, Hans Grundberg, se explicó que estas retenciones fueron realizadas por Ansar Allah (nombre oficial de los hutíes) y añadió que siguen trabajando para garantizar la liberación «segura e inmediata» de todo el personal detenido arbitrariamente.
Grundberg concluyó hoy una serie de reuniones en Mascate (Omán) con representantes políticos omaníes, una delegación negociadora de Ansar Allah y miembros diplomáticos de la comunidad internacional para recalcar que estas detenciones «ponen en peligro la capacidad de la ONU para brindar la ayuda humanitaria que requiere Yemen», según Dujarric.
El enviado especial en Yemen también había hecho un llamamiento previamente a que el país no se convirtiera en un campo de batalla y a que cesaran los ataques, después de las acciones israelíes del pasado jueves, que mataron a altos cargos del Gobierno hutí.
De hecho, el grupo insurgente con sede en Saná informó el sábado que su primer ministro, Ahmed al Rahawi, murió en un ataque aéreo israelí el propio jueves junto con otros miembros de su Ejecutivo.
Israel y los hutíes, estos últimos respaldados por Irán, han mantenido intercambios de ataques pese al alto el fuego entre el grupo rebelde y Estados Unidos, principal aliado del Estado hebreo, que entró en vigor en mayo de este año.