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Cinco años después de la pandemia, la moda sigue noqueada

Imagen de archivo de un maniquí con mascarilla.- EFE/JuanJo Martín

Madrid, 10 mar (EFE).- Cinco años después de la pandemia, la moda sigue noqueada, “vive un momento complicado”, el consumidor se ha dado cuenta de que la vida puede cambiar en unos instantes y prefiere invertir su dinero en experiencias de ocio y renovar su armario con ropa barata o de segunda mano.

Calles desiertas y tiendas llenas de ropa sin vender fue el escenario que dejó en marzo de 2020 una pandemia que golpeó con dureza a la moda, un sector que aún no se ha recuperado.

La moda demostró su capacidad de reacción y aceleró el comercio online y su compromiso con la sociedad en un momento crítico. La mayoría se lanzó a testar materiales para coser mascarillas y material higiénico.

“Desde entonces, el sector de la moda no se ha recuperado, vive una situación complicada”, ha explicado este lunes a EFE el presidente de la Asociación Nacional del Comercio Textil, Complementos y Piel (ACOTEX), Eduardo Zamácola, quien asegura que el consumo de ropa ha caído.

“El consumidor se dio cuenta que la vida cambia en unos instantes y ahora prefiere vivir e invertir su dinero en experiencias de ocio más que en adquirir ropa”, añade Zamácola.

Para gran parte de la sociedad, la moda ha pasado a un plano secundario, “opta por vestir prendas de temporadas anteriores y si decide comprar acude a tiendas de ropa barata”, cuenta el presidente de ACOTEX.

El 2024 no fue un buen año para el sector de la moda. Y el 2025 no ha comenzado con buen pie, las ventas han descendido en enero un 2,2 %. “El sector no termina de recuperar las ventas prepandemia”, asegura Zamácola.

Desde el confinamiento, por distintos motivos, ha habido cambios en el consumo de moda. Uno de ellos ha sido el auge del teletrabajo: “Solo se va a la oficina dos o tres días, por lo que no se necesita tanta ropa”.

Además, en aquellos meses se puso de moda la flexibilidad y la comodidad en el vestir, tendencia que sigue. “Se acude al trabajo con prendas versátiles, de estilo casual, las piezas más vestidas han pasado a segundo plano”, apunta Zamácola.

Con la llegada de la covid-19 y con el consiguiente cierre de las tiendas, “el consumidor pasó a ser más digital que físico”, cuenta Zamácola, quien recuerda que muchos de los consumidores que eran reacios a comprar desde casa perdieron el miedo y “las ventas online se incrementaron un 25 por ciento”.

Cinco años después, las ventas digitales han bajado, están entre un 12 y 15 por ciento, mientras que la venta física alcanza un 85 por ciento. “Somos latinos, nos gusta salir a la calle, socializar, dar una vuelta por el barrio”, comenta.

Sube la moda de segunda mano y se valora la de autor

En la pandemia, el consumidor tuvo tiempo para ordenar la ropa. Se dio cuenta de que tenía demasiada ropa, puso en valor la confección de cercanía, la artesanía y la sostenibilidad .

“El sector de la moda de autor ha mejorado, ha cambiado para bien”, ha dicho la directora ejecutiva de la Asociación Creadores de Moda de España (ACME), Pepa Bueno, que apunta que el consumidor se ha sensibilizado con una moda de calidad que conecta con la artesanía y la sostenibilidad.

Por otra parte, desde la covid-19, el mercado de segunda mano se ha disparado y se consume de la misma forma que la moda rápida: “Es barata, se comprar muchísimo, se utiliza unas cuantas veces y luego se tira”, ha lamentado Pepa Bueno, quien recomienda comprar de manera responsable.

También se ha puesto en valor la experiencia de salir de compras, pedir cita en el taller artesano para ver de cerca el proceso creativo de la moda y los complementos de autor.

En cuanto a los protocolos de limpieza que se implementaron en las tiendas tras pasar por el probador, no queda nada. “Lo único que se mantiene, quizá por costumbre o educación, es la distancia de seguridad. Ya no nos pegamos tanto unos a otros”, concluye Zamácola.