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Cineastas iraníes reivindican la libertad en el tercer aniversario de la muerte de Amini

Imagen de archivo del cineasta Jafar Panahi. EFE/EPA/GUILLAUME HORCAJUELO

Teherán, 15 sep (EFE).- Cineastas iraníes reivindicaron el legado de Mahsa Amini cuya muerte bajo custodia policial tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico en 2022 inició “una nueva época” en la República Islámica en la que se clama por la libertad, en un gesto de un mundo artístico que ha pagado un alto precio por respaldar las protestas de ‘mujer, vida, libertad’.

La muerte de Amini el 16 de septiembre de 2022 tras ser detenida por la llamada ‘Policía de la moral’ desencadenó una de las mayores oleadas de manifestaciones en la República Islámica desde 1979.

El lema ‘mujer, vida, libertad’ se convirtió en emblema de un movimiento que cuestionó tanto la obligatoriedad del velo como el propio sistema político, pero que fue sofocado meses después tras una dura represión que se saldó con más de 500 muertos y 22.000 detenidos.

Tres años después, cineastas iraníes que apoyaron las protestas han recordado el legado de aquel movimiento histórico, liderado por mujeres.

“Mahsa no ha muerto. Respira en cada mirada desafiante, en cada imagen que rompe la censura, en cada voz que clama libertad”, escribió en Instagram el reconocido director de cine iraní Jafar Panahi, expreso político y autor de películas premiadas en Cannes y Berlín.

El cineasta, que ha pasado años bajo arresto domiciliario y a quien se le ha prohibido filmar en ocasiones, describió a Mahsa como “una chica sencilla a la que le arrebataron la vida”, por lo que “una generación se levantó y decidió no callar más”.

Panahi recordó también la dura represión de las manifestaciones y subrayó que “con matanzas y amenazas quisieron imponer silencio, pero resonó un grito mayor”.

“Desde aquel día nada es como antes, ni las calles, ni las ciudades, ni nosotros mismos”, enfatizó Panahi.

Las palabras del director parecen reflejar la realidad: las calles de Teherán están hoy llenas de mujeres que no usan el hiyab, lo que hace tres años podría haberles costado al menos un arresto, como ocurrió con Amini.

Por lo mismo, la actriz iraní Pantea Bahram, vetada del cine tras solidarizarse con aquellas manifestaciones, considera que la muerte de Amini marcó una nueva era en Irán.

“Tu nombre evoca el inicio de una nueva era. Una época que construimos nosotras mismas con valentía, miedo, rebeldía, rabia, sangre y, a veces, locura”, publicó Bahram en redes sociales.

Por su parte, la actriz Katayoun Riahi, arrestada en 2022 por aparecer sin velo en público y apoyar las manifestaciones, utilizó el aniversario para cuestionar la marginación de artistas críticos en el país.

En referencia a la reciente celebración del Día Nacional del Cine en Irán, denunció que algunos colegas apenas mencionaron “a unas pocas intérpretes vetadas” por las autoridades, a quienes acusó de excluir y difamar a los artistas disidentes.

“Basta con seguir la luz, como el loto que busca el sol. Seguimos aquí y en la soledad crecemos más, porque tenemos los ojos puestos en un futuro luminoso”, escribió la veterana actriz.

         Represión de artistas

Desde septiembre de 2022, numerosas figuras artísticas que respaldaron el movimiento de protesta desatado tras la muerte de Amini han sufrido represalias por parte del Estado.

Actrices como la propia Riahi o Hengameh Ghaziani fueron detenidas después de quitarse el velo en público como gesto de desafío.

La protagonista de ‘El viajante’ (‘The Salesman’, Óscar 2017), Taraneh Alidoosti, fue arrestada por publicar mensajes de apoyo en redes sociales y, aunque liberada más tarde, ha estado apartada de los rodajes.

A ellas se suman decenas de intérpretes y directores que han sido marginados de la industria cinematográfica, pero también artistas del mundo de la música, que se convirtió en otro frente de resistencia que pagó un alto coste.

El cantautor Shervin Hajipur, autor de la canción Baraye (Para) —que nació de los mensajes ciudadanos en redes y se convirtió en el himno de las protestas—, fue detenido y procesado por “propaganda contra el sistema”.

El popular cantante Mehdi Yarrahi fue arrestado tras lanzar una canción en apoyo a las mujeres que desafiaban la obligatoriedad del velo, mientras que el rapero Toomaj Salehi pasó meses en prisión y fue condenado por “corrupción en la tierra” debido a sus letras críticas.

Sus casos simbolizan cómo la represión ha alcanzado también a las voces musicales que dieron banda sonora al grito de «mujer, vida, libertad».

Aydin Shayegan