Tegucigalpa, 30 sep (EFE).- A 42 años de la aniquilación de una columna de casi un centenar de guerrilleros hondureños, liderados por el médico José María Reyes Mata, familiares de algunos de ellos claman por justicia ante las autoridades de Honduras.
«Esos eran los verdaderos revolucionarios, los hombres que realmente luchaban por su patria», dijo a EFE en Tegucigalpa Edna Salazar, quien fue la esposa de Juan Ramón Dermith, uno los miembros de la columna guerrillera que ingresó en septiembre de 1983 a Honduras desde Nicaragua por el fronterizo departamento de Olancho, al este del país.
Dermith «entregó su vida, él era hombre que se dedicaba a formar campesinos, a formar obreros, a hacer poesía, a denunciar las injusticias sociales, era un hombre muy valiente, un hombre que dedicó su vida a las causas justas», agregó.
Salazar forma parte del Grupo Búsqueda de la Verdad y la Justicia que surgió hace dos años, integrado por familiares de varios de los guerrilleros, entre ellos José María Reyes Mata, el sacerdote jesuita estadounidense-hondureño Guadalupe Carney, Juan Ramón Dermith, Luis Antonio Isaula, René Bulnes, Jorge Alberto Maldonado y Rafael Alberto Salazar.
El grupo ha desarrollado varias actividades en septiembre conmemorando los 42 años de la desaparición de los miembros de la columna guerrillera, cuyo capellán era Guadalupe Carney, quien llegó a Honduras a mediados del decenio de 1970.
Con Juan Ramón Dermith, quien tenía 33 años, «procreamos tres hijos y nuestros hijos añoraron siempre el abrazo de su padre. Para mí esta situación es muy difícil, porque cuando hablo de él pareciera que me vuelve a sangrar una herida por su ausencia», subrayó Salazar.
Señaló además que «Juan Ramón era un gran hombre que se entregó realmente, los de ese tiempo eran los verdaderos héroes porque entregaron sus vidas por una causa justa, por ver que no hubieran desigualdades sociales».
Salazar relató que durante el tiempo que su esposo estuvo activo en la columna revolucionaria no tuvo comunicación con él porque «estaba en un proceso de formación de guerrilla».
«Me mandaba poesías, me mandaba cartas, pero no me contaba dónde estaba, solo me decía que estaba en un proceso de formación y que él en un momento iba a venir. No conoció a su último hijo porque yo quedé embarazada de él, pero comunicación con él directa no la tenía», expresó.
Justicia con la esperanza de recuperar los restos de los guerrilleros
También recordó que en 1983, luego de que trascendió que la columna guerrillera había sido aniquilada en las montañas de Olancho por militares hondureños, con el apoyo del Ejército de Estados Unidos, buscaba a su esposo en organismos de derechos humanos nacionales e internacionales, «pero nadie daba razón de él».
Hasta ahora se desconoce dónde están los restos de muchos de los miembros del movimiento rebelde que comandaba Reyes Mata, quien se graduó de médico en Cuba y en 1967 fue quizá el único centroamericano que formó parte de la segunda columna de Ernesto ‘Che’ Guevara que se internó en Bolivia.
Salazar dijo que en los primeros años de búsqueda de su esposo algunas personas le decían que los restos de él y de otros guerrilleros fueron lanzados desde un avión en las montañas de Olancho, cerca del río Patuca.
«Nunca nos han dicho nada, dónde están, ni nada de ellos. Sí sabemos que fueron sacrificados, torturados, masacrados, pido justicia social, pido que realmente nos los entreguen (los restos), porque revivirlos no va a ser posible», enfatizó.
«Ni perdón ni olvido porque fueron hombres que entregaron su vida por amor a los pobres, no para manipularlos, sino para que realmente fueran justas todas las formas de gobierno, todas las formas de institucionalidad, para que realmente se respetaran los derechos humanos y la dignidad del ser humano», apostilló.
Otra integrante del Grupo Búsqueda de la Verdad y la Justicia, que prefirió la reserva de su nombre, dijo a EFE durante un plantón frente al Parlamento hondureño que como familiares de los guerrilleros desaparecidos «no hemos descansado» en su búsqueda, «hemos seguido investigando, aquí hay madres, hijos, hermanos, padres que han dejado esta memoria y nosotros no queremos que se olviden».
Germán Reyes

