Clara de Frutos, premio revelación del Comic Barcelona: «Faltan más mujeres artistas referentes»

Clara de Frutos es la ganadora del premio Miguel Gallardo, como mejor autora revelación, gracias a su obra 'Vanguardia es una mujer' (Norma), en el salón del Comic de Barcelona, principal cita del sector. EFE/Sergio Andreu

Barcelona, 5 abr (EFE).- La dibujante madrileña Clara de Frutos, flamante ganadora del premio revelación Miguel Gallardo 2024 de Comic Barcelona, no se ve aún como una autora, a pesar del éxito de su novela gráfica ‘Vanguardia es mujer’ (Norma), pero quiere seguir su carrera en las viñetas para poder reivindicar a más creadoras olvidadas.

Pocas horas después de hacerse con el galardón, De Frutos (Madrid, 1993) se presenta risueña a la entrevista junto al stand de Norma, la editorial que apostó por ella, y que le concedió la beca de creación ‘El arte de volar’ para su proyecto sobre ‘las sinsombrero’, que concretó en la poeta Concha Méndez.

«Ha sido un sacrificio muy grande a muchos niveles, no tanto económico, como en horas de trabajo, en entrega», responde contenta por el premio al que estaba nominada junto a otras cuatro autoras, un pleno de creadoras «muy potentes».

Cuando le surgió la idea, De Frutos quería ser ilustradora infantil, y de hecho ni siquiera pensó en la historia como un cómic.

«El tema de las mujeres en la historia del arte siempre me ha movido mucho por dentro. De pequeña, no tenía prácticamente ningún referente mujer en la historia del arte. Es fundamental encontrarlas», señala la dibujante, que comenzó a «rebuscar» para encontrar nombres propios hasta que se topó con «las sinsombrero», el grupo de intelectuales de la Generación del 27.

«Todas eran tremendamente desconocidas», comenta De Frutos sobre estas creadoras sobre quienes que en estos últimos años se ha comenzado a hablar «un poquito más», con la reedición de varios libros «descatalogados» en los que aparecían sus obras.

«Me decanté por Concha Méndez, primero, porque me encanta su biografía, elaborada junto a su nieta, que en los años 80 grabó y escribió las anécdotas de su abuela. Un puente entre generaciones, una conexión con la historia. El problema de las mujeres y el arte es que sentimos que no hemos pertenecido a esa historia. Ése es el puente que quería construir», subraya.

A De Frutos le encantaron los poemas de Méndez -«muy biográficos»- y que fuera además un personaje tan sociable, metida siempre en todos los ajos culturales de los años previos a la Guerra, antes de exiliarse a México.

«Era muy buena narradora de lo que estaba ocurriendo y muy buena narradora de lo que estaban haciendo otras mujeres. Tenía esa conciencia de apoyarse», recuerda la dibujante, que supo ver que allí había una historia para una novela gráfica.

A pesar del reconocimiento que está teniendo ‘Vanguardia es mujer’, De Frutos no se atreve a definirse aún como autora, aunque hace años que está vinculada a la animación y ha trabajado en varias películas como directora de arte, la última, en producción, ‘Jasmine y Jambo’, sobre una serie ya existente.

La ganadora del premio Miguel Gallardo sabe que las condiciones laborales de dibujantes e ilustradores distan mucho de ser boyantes y va con cautela en sus expectativas.

«Estoy empezando. La mayoría de las ofertas son precarias y hay muy poca estabilidad. Tienes que dedicar mucho tiempo, no tanto a dibujar, como a promocionarte», se lamenta la dibujante, que confía en que el galardón le ayude a ello.

Esa inestabilidad es lo que hace que intente trabajar lo máximo posible, porque no sabe cuándo pueden dejar de llegar proyectos.

«En el autobús se me ocurren cosas, pero necesito sentarme a trabajar en ellas y pensar qué forma tendrán. Tengo ganas de hacer cosas infantiles y seguir esta línea de biografías de mujeres», adelanta la dibujante, que no se cierra a la ficción: «Fui una adolescente ‘friki’ de la fantasía medieval y esas cosas».

Como muchos compañeros del dibujo y la ilustración, está expectante ante los derroteros que pueda tomar el sector por la IA generativa, pero recalca que no le tiene miedo.

«El tipo de cosas que yo quiero hacer, una IA no las puede hacer. Es verdad que quitará trabajos que, por lo general son precarios, pero también muy necesarios para la gente que está empezando. Puede provocar que resulte aún más problemático para los creadores el poder pagar las facturas y el alquiler», advierte.

Sergio Andreu