Madrid, 29 may (EFE).- “Cuanta menos cultura, menos se piensa, menos capacidad de crítica y de valorar hay”, y eso, a juicio de la escritora argentina Claudia Piñeiro, es lo que interesa al Gobierno de Javier Milei, que con las políticas adoptadas al respecto desde su llegada al poder ha puesto al sector en “un estado de alerta permanente”.
“Supongo que piensan que en la cultura hay una resistencia y una posibilidad de crítica que no les interesa. Han desmantelado todos los organismos que podían defenderla con la excusa de que no hay dinero, y no lo hay, pero también es cierto que los presupuestos para esos organismos eran mínimos, señala Piñeiro en una entrevista con EFE en Madrid para presentar su última novela ‘La muerte ajena”.
La nueva novela de la argentina es un ‘thriller’ cargado de una fuerte denuncia social que lleva al lector a un continuo estado de confusión, similar, dice, al que estamos sometidos en el mundo actual.
“Nos están moviendo y cambiando la realidad constantemente, no sabemos si las cosas son así o son un ‘fake’. Eso está en la estructura de la novela básicamente”, explica la escritora, que tomó como punto inicial del libro un suceso real ocurrido en Argentina, la caída de una chica por la ventana del apartamento de un empresario importante después de una fiesta de drogas y sexo.
Se trataba de una ‘escort’, como lo es uno de los personajes principales de la novela, a través de la que Piñeiro analiza la relación entre sexo y poder en el siglo XXI, un vínculo que siempre ha existido. “La diferencia es que antes se tapaba y lo que ahora hay es una exposición constante”, asegura.
“Y creo que tiene que ver con esta cosa de los ‘incel’ (celibato involuntario), hombres que parece que se sintieron despreciados por las mujeres y que refuerzan su inseguridad mostrando a las que ahora tienen”, señala.
Un problema serio de retroceso en Argentina
‘La muerte ajena’ sirve a Piñeiro para resaltar el paso atrás en derechos humanos, como los de la comunidad LGTBI o el feminismo, en las sociedades actuales, en concreto en la de su país.
“Creo en Argentina estamos viviendo una época de retroceso y de conservadurismo. Parece que se pueden empezar a decir barbaridades y no pasa nada. Eso es gravísimo. Se han dicho cosas de las mujeres y los grupos LGTBI, incluso el presidente de mi país, que hace dos años atrás o hace un tiempo atrás eran impensadas”, denuncia.
Pero considera que es un proceso que ocurre en otro lugares también, como Estados Unidos o en algunas partes de Europa, aunque “parecería que Argentina es el laboratorio”.
“Son los tiempos que nos tocan y quienes no estamos de acuerdo con todo eso estamos bastante confundidos en cómo desarmarlo, es muy difícil. Han encontrado una forma de comunicarse con las generaciones más jóvenes, muy directa, que llega mucho y nosotros seguimos con argumentaciones, pero nadie te quiere escuchar”, precisa.
Ese retroceso afecta también a la información, al periodismo, otro tema que Piñeiro aborda en la novela, pero matiza, “no es una crítica a los periodistas, sino a cómo se está trabajando en este momento, a la industria periodística”.
“No soy periodista, pero amo el periodismo. Tengo un montón de amigos periodistas y además tengo la obligación de defenderlo porque es uno de los rubros más atacados por el presidente de mi país”, señala.
Leer para abrir la cabeza
Piñeiro lamenta que las nuevas generaciones hayan perdido la curiosidad por los libros, por saber qué se pueden encontrar dentro de ellos, porque “sobre todo, lo que hay, es la posibilidad de abrirte la cabeza hacia otros mundos, poder ver distintos puntos de vista, distintas realidades”.
“Todo lo que te achique la cabeza hace que después seas más autómata en tus decisiones. Todo lo que te agrande la cabeza te va a permitir ser más libre en tus decisiones. Eso es lo que van a encontrar dentro de un libro”, concluye.
Alida Juliani