Roger Mateos
Barcelona, 16 ago (EFE).- Si se cumpliesen los últimos vaticinios demoscópicos, Aliança Catalana podría quintuplicar sus actuales dos diputados en el Parlament a costa de un Junts en retroceso, mientras que Vox atraparía al PP como cuarta fuerza.
Pese al «cordón democrático» instaurado por PSC, Junts, ERC, Comuns y CUP en el Parlamento de Cataluña para impedir a la extrema derecha ganar votaciones, Vox y Aliança Catalana siguen al alza.
¿Hasta qué punto el ascenso de Vox y Aliança Catalana afecta realmente a las perspectivas electorales de PP y Junts? ¿Qué efectos está teniendo la estrategia de intentar aislar a la extrema derecha? ¿Hay un cambio de tendencia en las percepciones del electorado?
Las pistas que ofrecen las encuestas
Hace meses que las encuestas en Cataluña muestran una curva ascendente en la estimación de voto a Vox y Aliança Catalana, una tendencia refrendada en el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat, publicado a mediados de julio.
Según este sondeo, las únicas formaciones que crecen -aparte de ERC- son Vox, que pasaría de 11 a 12-14 escaños y podría empatar con el PP, y Aliança Catalana, que se dispararía de 2 a 10-11 escaños.
Uno de los gráficos más ilustrativos del barómetro del CEO es el que refleja la transferencia de apoyos: los dos partidos con mayor fidelidad de voto son Vox (90 %) y Aliança Catalana (84 %).
«Tolerancia» del electorado hacia la extrema derecha
Un factor clave que el director del CEO, Joan Rodríguez Teruel, puso de relieve en la presentación del barómetro es la creciente «tolerancia» de los ciudadanos hacia opciones de extrema derecha.
Según sus datos, hasta un 43 % de encuestados piensa que los medios y los demás políticos presentan a los partidos de extrema derecha de forma distorsionada y un 40 % no se posiciona a favor de un cordón sanitario.
Un 24 % no cree que los partidos de extrema derecha amenacen los consensos básicos, un 28 % no cree que sus soluciones sean demasiado simples y un 23 % considera que aportan renovación respecto a los partidos tradicionales, unos porcentajes que muestran, según Rodríguez Teruel, una predisposición cada vez mayor de los ciudadanos a «tolerar» formaciones como Vox y Aliança Catalana.
Junts vs Aliança
El CEO detecta en Junts una fidelidad del voto del 78 %, con un 8 % de fuga hacia la formación de extrema derecha independentista que lidera Sílvia Orriols, muy crítica con los líderes del ‘procés’ por no haber culminado la independencia en 2017.
No obstante, advierte Rodríguez Teruel, Aliança Catalana crece en «territorios donde Junts aún es fuerte», ya que también incorpora a «votantes que no son independentistas o incluso que están en contra de la independencia», atraídos por su discurso islamófobo y antiinmigración.
El auge de Orriols en las encuestas coincide con un mayor énfasis de Junts en determinados temas -negoció con el Gobierno español la delegación de competencias en inmigración y ha propuesto vetar a los okupas el acceso al padrón-, si bien fuentes de la dirección de JxCat niegan que Aliança esté «condicionando» su rumbo.
Algunas voces internas en Junts cuestionan la «efectividad» del «cordón democrático» a Orriols en el Parlament, pero por ahora se mantiene esta estrategia: «De momento no nos planteamos ningún cambio», señalan desde la dirección del partido.
PP vs Vox
Ignacio Garriga, al frente del grupo parlamentario de Vox en Cataluña, está capitalizando mejor que el PP las fugas de voto de otros partidos, según el CEO.
«Vox está creciendo en espacios electorales donde el PP está desapareciendo», destaca Rodríguez Teruel, por lo que hay «cierto reemplazo» de un partido por otro en algunas zonas.
En este sentido, el PP puede sentirse más amenazado por Vox que Junts por Aliança Catalana, porque su posición no es tan sólida como la de la formación que preside Carles Puigdemont.
Estrategias de respuesta
Xavier Peytibí, politólogo y consultor de comunicación política, considera que para contrarrestar el auge de la extrema derecha no sirve emplear sus mismas armas: «No creo que sea efectivo intentar imitar su estilo directo y agresivo. Primero, porque en ese terreno el original siempre gana. Y segundo, porque se corre el riesgo de reforzar sus marcos», argumenta a EFE.
«La clave es construir narrativas propias, igual de claras y directas, pero basadas en nuestros valores, que conecten emocionalmente y no cedan terreno al miedo o la confrontación destructiva. La ejemplaridad es un buen comienzo. Sea como sea, no es sencillo hacerlo», agrega.