Carmen González Guembe
Madrid, 15 sep (EFE).- El mundo entero surca la gran ola surcoreana conocida como “Hallyu”, un tsunami cultural que ha cobrado fuerza a través del K-pop, su género musical autóctono más exportado, que sigue sumando adeptos en España gracias a los conciertos, festivales y otros eventos que son los puntos de encuentro de una legión de curiosos y fans.
El K-pop entiende de música, moda, baile, belleza y del ‘marketing’ más expansivo, con varios hitos recientes en todo el mundo a través de Netflix y a los que la generación más joven en España se ha sumado con fervor: el rotundo éxito este verano de la película de animación ‘Las guerreras del K-pop’ y del grupo musical detrás de la ficción, que cuenta con casi 50 millones de oyentes mensuales en Spotify; y el documental “La academia del pop’, que derivó en la formación de la banda femenina Katseye.
Sin embargo, los orígenes del éxito de este género en España se remontan al año 2012, cuando el ‘Gangnam Style’ del cantante surcoreano PSY llegó a ser el vídeo más reproducido de YouTube gracias a una fórmula única y muy pegadiza.
La pandemia fue otro punto de inflexión con el estreno de ‘hits’ mundiales como ‘Kill This Love’ de Black Pink y otros temas que comenzaron a sonar en la radio, una difusión inédita hasta entonces.
Lo que en un principio podía parecer una moda pasajera con talleres de baile y tímidas quedadas en grandes ciudades españolas, que comenzó a organizar el Centro Cultural Coreano en Madrid, se ha consolidado como un fenómeno que arrasa entre la generación Z, y que este año coincide con el ‘Korea season 2025’, la celebración del 75 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Conciertos, grandes y esperados
“La evolución del K-pop en España en la última década ha sido verdaderamente notable”, admite el director del Centro Cultural Coreano en España, Jaekwand Shin. «Tan solo en el presente año, más de 15 agrupaciones musicales coreanas se presentan» en diversas ciudades españolas.
El verano estuvo cargado de emociones fuertes con la llegada de Black Pink o Stray Kids al Palau de Barcelona y al Movistar Arena de Madrid, dos de las agrupaciones más famosas del K-pop que congregaron a miles de jóvenes.
Grupos como N.Flying (10 octubre, Sala Razzmatazz, Barcelona), Cotoba (18 octubre, Pro Weekend en Castellón y 19 del mismo mes en la Sala Vol de Barcelona), Onew (13 noviembre, La Riviera, Madrid) o Sion (3 diciembre, Café La Palma, Madrid) también van a aterrizar en España.
Pero si en algo están puestas todas las miradas en 2026 es en el regreso del idolatrado grupo BTS, que tras una pausa de tres años oficializó su vuelta con el lanzamiento de un nuevo álbum y el inicio de una gira mundial, cuyas fechas y ciudades están por confirmar.
Festivales, concursos y fiestas
Otros de los eventos más esperados es el K-POP Fest Universe, un festival que fue aplazado del 7 de junio al 29 de noviembre en el Olimpic Arena de Badalona con todavía muchas incógnitas sobre su programación, y la K-EXPO Spain 2025: All About K-Style, una feria en Madrid sobre cultura coreana del 28 al 30 de septiembre.
En cambio, si hay una fecha que todos los fanáticos -o ‘k-popers’- tienen apuntada en sus calendarios es la del concurso nacional de K-pop, organizado por el Centro Cultural Coreano en Madrid anualmente, y que este verano vivió su 13 edición.
Un evento que premia a jóvenes talentos en las categorías de canto, rap o baile y “genera mucha comunidad”, según Andrea del Pozo -popularmente conocida como Andy-, ganadora del concurso en 2023.
Andy y su grupo ‘Red Flag’ representaron ese año a España en el K-POP World Festival (Changwon, Corea del Sur). Quedaron terceros. “Tuvimos la oportunidad de ir allí, vivir 15 días como idols (artistas), grabar videoclips y actuar ante miles de personas”, expresa.
Coreografías callejeras y ‘randoms’
A diferencia de otros géneros musicales, el atractivo del K-pop no solo parte de su “estética innovadora” o “la fusión constante de géneros”, afirma Jaekwand Shin, sino que también se encuentra en los bailes que acompañan las canciones y se disfrutan en plena calle.
Así, el Paseo de Gracia de Barcelona, la plaza del Ayuntamiento de Valencia, la plaza de Oriente en Madrid, frente al Palacio Real, y otros espacios emblemáticos se convierten en salas de ensayo para los K-popers, que cuelgan vídeos en Youtube con sus actuaciones y tutoriales.
Otra práctica frecuente son las reuniones espontáneas o ‘randoms’, sesiones en las que bailan al son de una lista de canciones aleatorias. Son eventos populares que se organizan en torno a festivales, como el XMadrid o el OWN Valencia, o también impulsados por colectivos locales o ayuntamientos en plena calle.
La identidad visual de los ‘idols’ es otro de los grandes atractivos de esta industria, lo que ha catapultado las ventas de los productos cosméticos coreanos.
En España, esta demanda ha permitido abrir tiendas especializadas en Madrid, Cataluña, País Vasco y Andalucía, o incluso centros de belleza que incluyen tratamientos faciales utilizados por los artistas.