East Rutherford (EE.UU.), 13 jul (EFE).- Cole Palmer, ese joven, talentoso y tímido centrocampista que tuvo que salir del Manchester City de Pep Guardiola en busca de minutos, se consagró este domingo como estrella internacional en la final del Mundial de Clubes que el Chelsea ganó 3-0 al todopoderoso Paris Saint-Germain (PSG).

Tras un torneo en el que fue de menos a más, Palmer lideró a los de Enzo Maresca ante un MetLife Stadium (Nueva Jersey) atónito con el «futbolista de hielo», que convirtió un doblete espectacular y asistió a su compañero João Pedro en el tercer tanto de su equipo.

Además, el oriundo de Manchester pero con raíces de San Cristóbal y Nieves fue galardonado con el premio a ‘jugador del partido’ en esta final en la que los hombres de Luis Enrique partían como claros favoritos.
Palmer, 23 años, dejó una primera parte excelsa, pero también una notable segunda mitad, en la que comandó a los suyos con conducciones que dividían a la zaga parisina y generaban peligrosos espacios para el delantero João Pedro.
A éste filtró un pase medido que no desaprovechó el brasileño cuando, en los veinte minutos anteriores, Palmer había acertado a poner en la base del palo derecho de Donnarumma dos tiros de precisa calidad.
Los de Maresca consumaron un partido en pura clave PSG donde apretaron la salida de sus adversarios y salieron con mucho peligro al contraataque. En el encuentro se llegaron a escuchar «olés» para el Chelsea, el ambiente se crispó con entradas muy duras -y un final con tangana- y Palmer también sacó personalidad en ese ambiente de tensión.
«Cold Palmer», como se le apoda popularmente entre los «blues» por su frío carácter, venía de hacer una segunda temporada de números espectaculares con los de Stamford Bridge, pero faltaba una actuación de este calado ante los ojos del gran público internacional.
El ’10’ del Chelsea terminó el torneo con 3 goles y 2 asistencias -teniendo en cuenta el tanto que le hizo a Palmeiras y la asistencia ante Benfica- en un curso donde, además, firmó otros 15 tantos y 11 pases de gol en el resto de competiciones.
Con la selección inglesa también es un asiduo y fue el hombre que empató el partido en la final de la última Eurocopa que les ganó España 2-1.
Sin embargo, su carrera no ha sido fácil, y más allá de su indudable talento, ha sido criticado en más de una ocasión por falta de carisma o protagonismo en partidos importantes.
Incluso tuvo que abandonar el Manchester City de Guardiola, club al que llegó con solo 6 años en los que fue ascendiendo por todos sus escalafones inferiores, por falta de minutos.
Guardiola, que luego reconoció que quizás había sido «injusto» con él por no ponerlo y que éste le pidió durante dos temporadas abandonar el equipo, siempre alabó su técnica y calidad pero le dio poco protagonismo.
En el esquema de Maresca, Palmer ha expresado que se siente con «mayor libertad» pero que a la vez se siente «comprometido con el colectivo» y parece que ha encontrado en João Pedro un socio de lujo con mucha movilidad en ataque para el futuro próximo del Chelsea.
Guillermo Azábal