Avilés (Asturias), 25 jun (EFE).- Isabel Steva, conocida en el mundo artístico como Colita, era una fotógrafa que siempre estaba «delante, en primera línea», y que «no se escondía detrás de un biombo», según ha remarcado este miércoles el heredero de su legado artístico, Francesc Palop.

El Centro Niemeyer de Avilés (Asturias) ha inaugurado este miércoles una retrospectiva de la fotógrafa catalana Colita, fallecida el diciembre de 2023 a los 83 años, con unas 140 obras fundamentales de su carrera bajo el título ‘“Colita, Arte y Parte’.

Colita, una de las representantes de la ‘Gauche Divine’ barcelonesa, era «un ser excepcional, maravilloso, inteligente, con una capacidad crítica y una visión como fotógrafa excepcional», ha dicho en conversación con EFE el comisario de la muestra, Francesc Polop, que mantuvo un estrecho vínculo con la autora desde 1983 que le llevó a ser el heredero de todo su legado artístico.
Todo ello trascendió al objetivo de su cámara para plasmarse en una obra heterogénea que se nutre del fotoperiodismo, pero que coquetea a lo largo de su carrera con todo el arte: desde la pintura, con figuras como Joan Miró; la música, con su amigo íntimo Joan Manuel Serrat; el flamenco de Carmen Amaya o el cine del asturiano Gonzalo Suárez.
El ‘feeling’ o sentimiento que mantenía con los personajes que retrataba se alimentaba en lo personal compartiendo fines de semana o cenas, porque «Colita no es la fotógrafa que se esconde tras un biombo para hacer un retrato, ella está delante, en primera línea», ha destacado Palop.
Colita fotografió sistemáticamente todo lo que sucedía a su alrededor para compartir momentos únicos, sucesos, actuaciones artísticas, presentaciones, exposiciones, rodajes de películas o conciertos, como fotoperiodista y «curiosa impenitente».
El comisario ha recordado como anécdota que la escritora Maruja Torres, amiga de la autora, siempre dice que lo mejor de la Escuela de Barcelona son las fotos de Colita, que atesoran el halo de la ‘nouvelle vague’ francesa de la época.
La muestra presenta piezas muy curiosas, como el auténtico ejemplar de ‘Cien años de soledad’ con el que posa Gabriel García Márquez a modo de sombrero en una de las fotografías más icónicas del Nobel, un manuscrito de Joan Miró en el que alaba el talento demostrado por la autora en una serie de fotografías dedicada al pintor, o la portada del disco ‘Mediterráneo’ de Serrat.
Colita recibió en vida premios como la Cruz de Sant Jordi de la Generalidad de Cataluña, el ‘honoris causa’ por la Universidad Autónoma de Barcelona, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes o el Premio Nacional de Fotografía, que rechazó en 2014 por desavenencias con el entonces ministro de Cultura, José Ignacio Wert Ortega.
«Era una mujer que se posicionaba en la cultura, era progresista, de izquierdas, tal como ella decía, porque nunca se escondió y entendió que la política cultural que hacía el señor Wert era tremenda y le dijo que lo último que quería era ser fotografiada con él», ha recordado Palop.
La muestra dedicada a la fotógrafa barcelonesa se podrá visitar hasta el 11 de enero de 2026 en la Sala de Fotografía del Centro Niemeyer de Avilés.