Quito, 21 jun (EFE).- Setenta alfombras de flores se distribuyeron este sábado por calles del centro histórico de la capital ecuatoriana, Quito, para adornar el paso de la procesión del Corpus Christi, una fiesta de la iglesia católica destinada a celebrar la eucaristía.

«Es una tradición antiquísima en Quito, que no solo se celebra en el centro (de la capital de Ecuador), sino que también se celebrará mañana en distintas iglesias», dijo a EFE una fuente de la Arquidiócesis de la ciudad.

«Las alfombras florales son para enaltecer, embellecer el paso del cuerpo de Cristo por las calles del centro», de Quito, explicó al anotar que las alfombras las elaboraron grupos de apostolados y fieles en general.
En el casco colonial de Quito, la procesión partió de la Basílica del Voto Nacional hasta la Catedral Metropolitana para la realización de una eucaristía.
El año pasado también se colocaron flores en las calles del centro de Quito durante el 53 Congreso Eucarístico Internacional, que giraba en torno a la eucaristía y tenía como lema «Fraternidad para sanar el mundo».
Los organizadores recordaron que las alfombras de flores en las calles son una tradición que se conserva desde hace varios siglos, desde cuando llegó la primera evangelización a las tierras que luego se llamaron América, y que suelen realizarse, sobre todo, con ocasión de la festividad de Corpus Christi, aunque también, en algunas ciudades se preparan en la Semana Santa.
Las alfombras de flores constan en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, registradas por la UNESCO, organización que también declaró al centro colonial de Quito, como el primer Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1978.
También el centro histórico acogió la celebración del Inti Raymi (Fiesta del Sol, en quichua) este 21 de junio, día en que el sol alcanza su punto más cercano a la Tierra y da lugar en el hemisferio sur al día más corto y a la noche más larga del año.
Como parte de la celebración, se colocaron en la plaza de la iglesia de San Francisco -una de las más icónicas del centro histórico-, frutas, flores y granos en agradecimiento por la prosperidad de la tierra.