La Paz, 29 may (EFE).- Cientos de comerciantes, integrantes de juntas vecinales, microempresarios y amas de casa marcharon este jueves en la ciudad boliviana de Cochabamba (centro) contra el Gobierno de Luis Arce, al que exigieron respuestas ante la falta de combustibles y el encarecimiento de los alimentos.

En la marcha, las personas exhibieron cacerolas vacías, envases de aceite y huevos también sin llenar, como símbolo de lo inaccesibles que están los alimentos de primera necesidad, que desde hace un par de meses se venden al doble o triple de su valor.

“El pueblo boliviano se muere de hambre”, “no a la subida de la canasta familiar”, “ya no aguantamos, confeccionistas al borde de la quiebra” y “Arce inútil”, eran algunas de las inscripciones en los letreros que se mostraban.
Algunos dirigentes que participaron en la movilización declararon a los medios locales que “si es necesario” las siguientes protestas serán con “bloqueos de caminos” o con el “cierre de los mercados”, ya que afirmaron haber agotado todos los canales para que el Gobierno los escuche.
Varias amas de casa aseguraron a los medios que en sus familias ahora se “mide” la dotación de alimentos, que la carne de res ha salido de su consumo diario, por lo que cada día es “más difícil” decidir qué comprar.
Justamente, en el centro de Bolivia se han registrado algunos bloqueos en ciertas carreteras por parte de grupos que aseguran sentirse “asfixiados” por la actual situación económica.
Asimismo, en la región occidental de Bolivia ha habido bloqueos en algunas rutas de Oruro y La Paz organizados por transportistas que exigen la normalización de la provisión de diésel y gasolina.
Ante esta situación, sectores como las juntas vecinales de El Alto, la segunda ciudad más poblada de Bolivia, vecina de La Paz, anunciaron una movilización para la próxima semana, mientras que un sector del transporte declaró que desde el 3 de junio habrá una huelga nacional.
Algunos dirigentes de los conductores manifestaron que varios de sus colegas dedicados al transporte de alto tonelaje deben esperar hasta tres días en filas para abastecerse de combustible, y que el tiempo se triplica cuando el recorrido es entre el occidente y el oriente del país.
Aunque el presidente Arce dijo hace casi una semana que la provisión de combustibles se normalizaría en unos días, la situación no ha cambiado, ya que las filas persisten en las estaciones de servicio y en algunos casos han aumentado, según constató EFE.
El Gobierno anunció la semana pasada un paquete de decretos y medidas para controlar el “contrabando a la inversa” o fuga de alimentos hacia los mercados de países vecinos, donde se comercializan a precios más altos, mediante el refuerzo de controles a cargo de militares.
Además, se impulsaron algunas acciones para reducir la cotización del dólar, que en el mercado paralelo se ofrece en casi 20 bolivianos, pese a que el tipo de cambio oficial es de 6,96 bolivianos.
Bolivia afronta desde principios de 2023 una escasez de divisas, que coincidió con la caída de las reservas internacionales netas (RIN) y la disminución del ingreso de dólares por exportaciones de gas natural.
El país cerró el año pasado con una inflación de 9,97 %, la más alta desde 2008, que alcanzó un 5,95 % en el primer cuatrimestre de este año.