Estambul, 14 sep (EFE).- La oleada de procesos por corrupción contra el principal partido de la oposición en Turquía, el socialdemócrata CHP, tiene mañana otro capítulo con la apertura del juicio por supuestas irregularidades en la elección de su cúpula, en lo que la formación ve un ataque político por parte del Gobierno islamista.
El CHP ha visto como desde el año pasado han sido detenidos 19 de sus alcaldes, entre ellos el de Estambul, Ekrem Imamoglu, que se perfilaba como el candidato con más opciones para derrotar en las elecciones presidenciales de 2028 al presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, que lleva desde 2003 en el poder.
El juicio que arranca este lunes se basa en una investigación de la Fiscalía de supuesta compra de votos en la elección de Özgür Özel como líder del CHP en el congreso que el partido celebró en 2023.
Bajo una acusación de pucherazo muy similar, un juzgado destituyó a principios de septiembre a la cúpula del partido en Estambul, elegida en un congreso provincial en 2023, y puso la formación bajo control de un administrador temporal en la persona de un antiguo dirigente del CHP, enfrentado a Özel.
La Constitución no da competencias a los tribunales para cuestionar procesos electorales, una tarea que corresponde a la Junta Electoral de la nación, asegura el CHP.
Pese a ello, el partido teme ahora que la Justicia ignore esa norma y destituya también a la dirección nacional como medida cautelar en un proceso que puede durar meses.
Özel ha anunciado que no dejará el puesto y ha convocado un congreso nacional extraordinario para el próximo 21 de septiembre, en el que podría ser reelegido, al tiempo que continúan las preparaciones para el congreso ordinario, que podría celebrarse hacia finales de noviembre.
El líder del partido también ha prometido movilizar a millones de simpatizantes en las calles, mientras que Erdogan, por su parte, lo ha acusado de despreciar el Estado de derecho y ha advertido de que no tolerará esa «irresponsabilidad».
Este mismo domingo, el CHP celebra en una céntrica plaza de Ankara un mitin bajo el lema ‘No a la intervención’, por lo que las autoridades han anunciado el cierre al tráfico de numerosas calles de la capital.
El CHP ve en la tanda de procesos judiciales un claro uso de la Justicia por parte de Erdogan para frenar a una formación fortalecida y que se ve con opciones de poner fin a sus más de dos décadas en el poder.
El partido ganó el año pasado las elecciones locales, en la que fue la primera derrota electoral de la formación islamista AKP en los 22 años que Erdogan, su líder, lleva en el poder, bien como primer ministro o como jefe del Estado.
No sólo reafirmó sus victorias anteriores en Estambul, Ankara y Esmirna, sino que ganó en grandes ciudades que llevaban años gobernadas por el AKP, como Bursa o Denizli.
En total, logró el 35,5 % de los votos, tres puntos más que el AKP.
Fue un gran estreno en la dirección del partido para Özel, que el año anterior había disputado con éxito la presidencia de la formación a Kemal Kiliçdaroglu, el veterano (76 años) pero poco carismático líder bajo cuyo mandato el partido había ido perdiendo una elección tras otra.
Las acusaciones contra alcaldes del CHP han estado acompañadas del arresto de cientos de cargos, afiliados y trabajadores municipales, normalmente en casos relacionados con supuestas ilegalidades en licitaciones públicas.
En el caso de Imamoglu, ha sido acusado también de colaboración con el terrorismo, insultos al fiscal y hasta de falsificar el título universitario que obtuvo en 1994.
El Gobierno de Erdogan destituyó el año pasado a ocho alcaldes del partido izquierdista y prokurdo DEM, acusados de colaborar o pertenecer al AKP, la guerrilla kurda que está en estos momentos en proceso de disolución.