Ginebra, 5 ago (EFE).- La sexta y se espera que última reunión de negociadores con el objetivo de lograr un tratado global contra la contaminación por plásticos dio comienzo este martes con un llamamiento a que los 180 países participantes se pongan de acuerdo ante la crisis ambiental y sanitaria que han causado los procesos productivos de estos materiales y sus residuos.
«Por primera vez en la historia, está el mundo a punto de conseguir un instrumento jurídicamente vinculante para terminar con la contaminación con plásticos, una tarea difícil pero extremadamente necesaria», destacó en el inicio del plenario el diplomático ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, presidente de las negociaciones que comenzaron en 2022 y han celebrado cinco rondas.
«Nos enfrentamos a una crisis mundial, ya que la polución por plásticos esta dañando los ecosistemas, contamina los océanos, los ríos, amenaza la biodiversidad, daña la salud humana y tiene repercusiones injustas sobre las mas vulnerables», agregó Vayas Valdivielso, también embajador de su país en el Reino Unido.
14 de agosto, fecha límite «Tienen por delante diez días de negociaciones intensas, saben que serán largas noches, pero deben mantener una gran determinación y un espíritu de solidaridad para lograr soluciones y acuerdos mutuos», agregó la directora ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), la danesa Inger Andersen. La responsable de la agencia ambiental de Naciones Unidas, que fue la que ordenó la creación de un comité negociador sobre la contaminación plástica, advirtió que esta polución «ya está presente en nuestra circulación sanguínea» e irá en aumento en todo el mundo al ritmo actual. Ambos coincidieron en que este problema medioambiental especialmente visible por la enorme presencia de microplásticos en los océanos, causado por no haber desarrollado un ciclo de producción, consumo y desechado sostenible, tiene que ser atajado por el mismo ser humano que lo ha provocado. «Cada hora cuenta y los primeros días de negociaciones marcaran el ritmo y el tono, sentando las bases para una fase final (la próxima semana, con representantes a nivel ministerial de todo el mundo) que esperemos sea exitosa», destacó el presidente del comité negociador. Las ONG continúan su presión Las negociaciones se han visto precedidas de distintos actos de protesta y reivindicativos en las inmediaciones del Palacio de las Naciones, la sede europea de la ONU en Ginebra donde se reúnen las delegaciones para debatir tras anteriores rondas en Uruguay, Francia, Kenia y Corea del Sur. En las horas previas al inicio del plenario, una de las ONG medioambientales que observa el desarrollo de las negociaciones, la Fundación Gallifrey para la protección de los océanos, entregó a delegados que entraban en el recinto de Naciones Unidas pastillas de jabón simbolizando el deseo de conseguir un acuerdo lo más «limpio» posible. Gallifrey es una de las muchas ONG que piden que el acuerdo se apruebe por mayoría tras una votación, frente a la opinión de países productores de petróleo y potencias como China o India, que prefieren un tratado de consenso (con el «sí» de todos los países), lo que implicaría un texto con menos obligaciones y más concesiones a los países más contaminantes. «Necesitamos que los Estados miembros se pongan de pie e impulsen una votación» destacó a EFE al respecto la representante de la fundación Laurianne Trimoulla, quien señaló que muchas delegaciones han expresado su preferencia por esta opción y la mencionarán en el plenario o los grupos de contacto en los próximos días. Otra ONG presente en las inmediaciones de la ONU en las horas previas al plenario, la australiana Mindroot Foundation, mostró en camisetas y pancartas el eslogan «Plastic makes me sick», que en inglés tiene doble sentido y puede significar ‘el plástico me da asco’ o «el plástico me enferma’. «Hay muchos químicos que afectan enormemente nuestra salud, incluso en las botellas de plástico, y los más peligrosos son los de un solo uso, los que más afectan a los países en desarrollo», señaló a EFE, en representación de la ONG, la activista Carolyn Barakat, también miss Ginebra 2024.