Cómo cerrar una nuclear: rápido, sin contaminación cruzada y con buena gestión de residuos

Interior de la central nuclear fuera de funcionamiento en Zwentendorf en Austria. De aquí al año 2050 se cerrarán más de 200 reactores nucleares en el mundo, por el término de su vida útil o por decisión política, y entre ellos figuran los siete españoles, según un calendario que prevé su clausura entre 2027 y 2035. Desmantelar rápido, gestionar los residuos, evitar el cruce de materiales y preservar los conocimientos de las personas formadas en las centrales son los grandes desafíos en el cierre de las centrales nuclares.-EFE/Natalia Arriaga

Madrid, 16 jun (EFE).- De aquí al año 2050 se cerrarán más de 200 reactores nucleares en el mundo, por el término de su vida útil o por decisión política, y entre ellos figuran los siete españoles, según un calendario que prevé su clausura entre 2027 y 2035.

El Pleno del Congreso debatirá este martes una Proposición de Ley del Grupo Popular «para garantizar la aportación de la energía nuclear en la descarbonización del sistema energético», apenas dos semanas después de que la Comisión de Transición Ecológica del Senado aprobase una moción del mismo grupo para instar al Gobierno a reconsiderar los planes de cierre.

 Además, el Ministerio de Transición Ecológica recibió la semana pasada una carta de Endesa e Iberdrola que propone prolongar el funcionamiento de varias centrales. Según el Ministerio, ni cumple con las condiciones de una petición formal ni está firmada por Naturgy y EDP, las otras propietarias de centrales que suscribieron en 2019 el protocolo de cierre.

Pese a estas iniciativas, el proyecto actualmente en vigor es el cierre escalonado, empezando por Almaraz I en 2027.

Los municipios nucleares españoles, reunidos en la asociación AMAC, temen perjuicios económicos y laborales derivados de la clausura. Pero desde el punto de vista técnico también hay retos muy concretos.

Desmantelar rápido, gestionar los residuos, evitar el cruce de materiales y preservar los conocimientos de las personas formadas en las centrales son los grandes desafíos que menciona Amparo González, jefa técnica de Gestión del Combustible Gastado en el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

«Cuando se desmantela una central nuclear lo primero es hacerlo pronto, porque es aconsejable que participen todas las personas que trabajan allí y que conocen las instalaciones. Si se tarda mucho, ya no están y el ‘know how’ sobre qué pasó está en riesgo, aunque todo se registre», señala a EFE la química española.

Evitar la contaminación cruzada

De aquí al año 2050 se cerrarán más de 200 reactores nucleares en el mundo, por el término de su vida útil o por decisión política, y entre ellos figuran los siete españoles, según un calendario que prevé su clausura entre 2027 y 2035. Desmantelar rápido, gestionar los residuos, evitar el cruce de materiales y preservar los conocimientos de las personas formadas en las centrales son los grandes desafíos que menciona Amparo González (c), jefa técnica de Gestión del Combustible Gastado en el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).-EFE/OIEA***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***

Uno de los objetivos en todo desmantelamiento es no mezclar el material contaminado con el limpio para evitar la contaminación cruzada y minimizar la generación de residuos.

«Una vez que el combustible se saca de la piscina y se pone en los contenedores, hay que identificar bien cuáles son las corrientes de residuos porque los materiales son muy diferentes. Los hay muy poco contaminados, que podrían reciclarse en otras instalaciones. Hay que favorecer que se produzcan los menos residuos posibles», apunta.

La cuestión de quién revisa los contenedores es un problema que entronca con la marcha de trabajadores a otros sectores o instalaciones tras el desmantelamiento. Amparo González señala que Alemania, que también optó por el cierre, ya lo vive: «¿Cómo motivas a la gente joven para que estudie sobre energía nuclear? Es un problema que España debería pensar, cómo mantener un ‘pool’ de personas entrenadas».

¿Reciclar o desechar?

Interior de la central nuclear fuera de funcionamiento en Zwentendorf en Austria. De aquí al año 2050 se cerrarán más de 200 reactores nucleares en el mundo, por el término de su vida útil o por decisión política, y entre ellos figuran los siete españoles, según un calendario que prevé su clausura entre 2027 y 2035. Desmantelar rápido, gestionar los residuos, evitar el cruce de materiales y preservar los conocimientos de las personas formadas en las centrales son los grandes desafíos en el cierre de las centrales nuclares.-EFE/Natalia Arriaga

El OIEA no expresa una preferencia clara por ninguna de las alternativas posibles para gestionar los residuos, el reciclaje y el almacenamiento, porque depende de las condiciones de cada país. España optó por almacenar.

«Técnicamente las dos son viables», dice González. «Lo que intentamos es trabajar con los países para que se anticipen antes de tomar una decisión».

Francia, con 18 centrales, recicla y reprocesa todo su combustible. Estados Unidos, con 93, almacena pero ya empieza a hablar de reciclar, después de que Donald Trump haya propuesto cuadruplicar producción en 25 años.

«Mi opinión personal», dice la experta, «es que hoy en día es más fácil ir hacia disposición final que reciclar. Pero países que están comprometidos con la energía nuclear a largo plazo, como Rusia, China, Japón, Francia… reciclan, porque el inventario de combustible y también la reserva de uranio natural se agotarán en algún momento. Hay que pensar que se trata como residuo el 95% del uranio que no se ha quemado».

Los detractores del reciclado sostienen que no compensa económicamente. «A corto plazo, es más barato almacenar que reciclar», admite Amparo González.

 Experiencia pionera

El OIEA no comenta la política interior de los estados y solo asesora en decisiones ya tomadas. Su director general, Rafael Grossi, apuntó recientemente que, sin enjuiciar la determinación de España de cerrar sus nucleares, no es la tendencia mayoritaria.

Según la Comisión Europea, los países de la UE planean invertir 205.000 millones hasta 2050 en la construcción de nuevos reactores, más otros 36.000 en la ampliación de la vida de los ya en funcionamiento.

Amparo González opina que, sin entrar en casos concretos, el futuro energético de un país sin nucleares «es muy difícil si no hay una base de energía estable en el mix».

La experta sí afirma que España «está desmantelando muy bien» porque tiene una experiencia que fue «pionera en Europa», el cierre en 1989 de Vandellós 1, primer reactor de grafito que se desmanteló en el continente.