Madrid, 28 sep (EFE).- Mejorar el nivel de ruido y la calidad del aire dentro y fuera de casa, crear espacios al aire libre que permitan encuentros entre las personas o promover ciudades accesibles para andar por ellas. Todas estas medidas inciden en el bienestar y en la salud de los ciudadanos, además de ayudar a la población a envejecer mejor.
Lo explica a EFE la presidenta del Observatorio de Arquitectura Saludable, Rita Gasalla, que la próxima semana celebra el segundo congreso para compartir nuevas líneas de investigación sobre el impacto de los espacios construidos en la salud física, mental y social de las personas, y analizar cómo el diseño y la planificación de los entornos pueden influir en el bienestar general.
«Nos pasamos el 90 % de nuestra vida de promedio en espacios cerrados y tanto el espacio urbano como el cerrado influyen en nuestro bienestar», asegura la arquitecta, quien valora cómo desde el urbanismo se puede mejorar la salud, tanto física como mental, pero también la salud social.
Por ejemplo, influye el tener cerca zonas verdes, la posibilidad de dar paseos para prevenir el sedentarismo o la seguridad y la accesibilidad para que las personas salgan a la calle y no se pasen el día encerrados. «Todo eso forma parte del urbanismo saludable».
Cree que las ciudades están mejorando gracias a las políticas que se están implantando en relación con el ruido y los niveles de contaminación con zonas protegidas y cero emisiones.
«La calidad del aire es el parámetro ambiental más importante, por el que más fallecimientos hay. Somos lo que comemos, lo que bebemos y lo que respiramos. Si además conseguimos no ser sedentarios, pues entonces tenemos todas las cosas del entorno a nuestro favor», ha añadido.
Pontevedra ha conseguido ser un modelo de ciudad que avanza en esta dirección. «Se ha peatonalizado la mayor parte de la ciudad, los niños pueden ir andando a los colegios y la situación que ha generado ha sido no solo más felicidad para los ciudadanos, sino que se ha convertido en una de las pocas pequeñas ciudades de provincia que han crecido en población».
Para la arquitecta, las zonas peatonalizadas también favorecen a los comerciantes, como se ha puesto de manifiesto en las ciudades europeas que han implantado esa medida: «La gente va a andar a esas zonas peatonales y, cuando va a andar, ve los escaparates y al final acaba comprando».
Cuidar el dormitorio

En el congreso ‘Espacios para la longevidad y la calidad de vida’ que se celebra este jueves en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, los expertos abordarán, además, cómo hacer que los edificios también funcionen como medicina preventiva.
«Se trata de cuidar parámetros como la calidad del aire. Tenemos de promedio entre dos y cinco veces más contaminado el aire interior que el aire exterior, por eso es tan importante filtrar y ventilar; pero también cuidar la acústica para que no entre el ruido exterior», sin descuidar las radiaciones electromagnéticas.
En este sentido, apunta la importancia de enchufar el cargador del móvil lejos del cabecero de la cama y tener en cuenta que hay materiales que emiten sustancias tóxicas al aire, como algunos productos que utilizamos para la limpieza.
«Por eso es tan importante ventilar y filtrar el aire de dentro de las viviendas, cuidar la calidad de la luz para que sea parecida a la natural y que no parpadee, intentar que entre el sol en las casas, tener terrazas y espacios al aire libre para reducir» esa estancia dentro de los edificios.
Respecto al ámbito rural, los expertos van a analizar cómo el urbanismo y la arquitectura pueden influir en la longevidad y la calidad de vida a través del proyecto ‘La Aldea Saludable’, una iniciativa innovadora para atraer el rural en Galicia, combinando la arquitectura y el urbanismo saludables con la preservación y el conocimiento de las tradiciones gallegas rurales.
«Es la transformación de una aldea abandonada en la primera aldea saludable del mundo», destaca la arquitecta.
«Se va a tratar con muchísimo cuidado la acústica, la calidad de la luz y del aire interior en todos los edificios; todo el pueblo se va a diseñar con arquitectura pensada para el bienestar mental y social, para facilitar que las personas desarrollen sus habilidades cognitivas al máximo y tengan mejor memoria y mejor concentración», concluye.