José Carlos Rodríguez

Santiago de Compostela, 22 ago (EFE).- En un mes de agosto vacío de contenidos culturales y marcado por el turismo estival, Santiago es una ciudad «viva» en cuyas calles y plazas se respira música en directo gracias al ‘Feito a Man’, una festival que continúa, edición tras edición, demostrando que la capital gallega es «un territorio musical efervescente y dinámico», con cultura «de base».

Lo que en un comienzo, allá por 2003, era una batucada brasileña en la calle, ha dado paso años después a una programación variada y extensa de conciertos durante todo el mes de agosto, un «escaparate» de todos los proyectos de artistas locales que a lo largo del año «se curten en los locales de la zona vieja de Compostela».
Así lo explica Ánxeles González Porto, más conocida como Angie, integrante de la Asociación Cultural Cidade Vella que desde hace 22 años dirige y coordina un ciclo de conciertos que se celebra en espacios singulares de la zona vieja de Santiago y que tiene como principal misión dar a conocer y difundir la capacidad creativa de Compostela.
La calle de Xelmírez, la imponente plaza da Quintana o la transitada plaza de Cervantes, la calle de San Paio de Antealtares o el entorno de San Martiño Pinario son algunos ejemplos de los rincones en los que cada tarde, próxima a la caída del sol, se suceden diferentes actuaciones, principalmente de artistas locales, que muestran al público sus proyectos musicales a ritmo de soul, blues, folk, rock, jazz o rap, entre otros estilos.
«La idea era hacer en verano una programación con todos los contenidos o los proyectos musicales emergentes, de música de base, que se curtían en los locales de la zona vieja», afirma Angie a EFE.
La también propietaria del pub Borriquita de Belén cuenta que, desde 1987, la asociación Cidade Vella, que reúne diversos establecimientos de hostelería con una claro compromiso y vocación cultural, lleva siendo un «actor fundamental» de la zona vieja, pues locales como A Gramola, Xuntanza, Camalea o A Casa das Crechas ejercen de «dinamizadores culturales» y de «motor económico».
«Reivindicamos la ciudad como territorio musical», apunta Angie, que recuerda «épocas oscuras» en las que la música en directo en los locales de hostelería estuvo «perseguida».
Lejos de eso, cada edición continúa siendo un éxito en una ciudad muchas veces vacía en verano, puesto que los vecinos huyen del calor hacia la playa; y en la que el festival supone un respiro y una oportunidad para el disfrute de los que no tienen vacaciones en agosto.
«El festival está creado fundamentalmente para el público local y gallego. Otra cosa es que luego haya visitantes que se vayan encontrando con estos conciertos, con actuaciones inesperadas que enriquecen su estancia o viaje y que también es una cosa muy bonita», asegura Angie.
Insiste en que el ‘Feito a Man’ es un formato «hecho a escala» de la ciudad, que atiende al ritmo y a la dimensión de los espacios y en el que prima la calidad artística.
Por él han pasado y pasan grandes talentos musicales como el gaitero Carlos Núñez, el músico y compositor gallego ya fallecido Narf o el trío de jazz Sumrrá, que este año celebra su 25 aniversario.
Para Angie, Santiago tiene «un magnetismo especial» y es «un polo de atracción» para mucha gente que se dedica al teatro, al cine o a la música y que decide «quedarse aquí» por la «ebullición cultural que hay».
Y eso que no todo juega siempre a favor, con una normativa autonómica que imposibilita las actuaciones en vivo a los locales que no tienen licencia de sala de conciertos.