Madrid, 20 jun (EFE).- En vísperas del verano, y con las piscinas abiertas y las playas, pantanos y ríos rebosantes de bañistas, varias entidades han hecho un llamamiento a la prudencia para evitar las lesiones medulares que cada año se repiten como consecuencia de una zambullida temeraria.
“Con cabeza sí, de cabeza no” es el lema que han elegido para su campaña 2025 el Hospital Nacional de Parapléjicos, la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (Sermef), la Federación Nacional Aspaym (Federación de Asociaciones de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos), Cruz Roja Española y la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.
Sólo el año pasado, tres varones de 25, 46 y 55 años procedentes de Alicante, Valladolid y Madrid ingresaron en el centro toledano por una mala zambullida. Todos presentaban lesiones a nivel cervical, de ellas dos tetraplejias completas.
Y «lo más doloroso» es que todas ellas podrían haberse evitado, ha señalado en una nota su directora, Mónica Alcobendas. «Estamos hablando de lesiones que cambian la vida de personas jóvenes, con secuelas funcionales muy severas» ha apuntado antes de recalcar que «la mejor lesión medular es la que nunca pasa.
Tirarse de cabeza en sitios con poca profundidad o que no se conocen bien es una de las principales causas de este tipo de lesiones, sobre todo en verano; un mal salto puede hacer que la cabeza golpee el fondo con fuerza, dañando las vértebras del cuello y la médula espinal, lo que puede provocar parálisis, pérdida de sensibilidad o de movimiento y necesidad de ayuda para toda la vida, advierten las entidades.
Atendiendo además al perfil de las personas accidentadas, es crucial «no excederse en las confianzas a la hora de zambullirse, sobre todo cuando no se conoce el fondo», y ser prudentes «lanzándonos siempre con las manos por delante», señala Mayte Gallego, presidenta de Aspaym.
Los expertos llaman a tener una serie de precauciones para evitar lesiones medulares por zambullida:
1. Nunca hay que zambullirse en aguas de las que no conoce la profundidad. Siempre se debe asegurar de que el agua sea lo suficientemente profunda para evitar el contacto con el fondo.
2. Hacer una entrada cauta, con los pies primero la primera vez. Esto permitirá evaluar la profundidad y la presencia de objetos sumergidos.
3. Mantener una supervisión adecuada. Los niños y adolescentes deben estar siempre supervisados por un adulto responsable cuando practiquen actividades acuáticas.
4. Evitar el alcohol, porque reduce la capacidad de juicio y aumenta el riesgo de tomar decisiones peligrosas.
5. Señalización y Educación. En piscinas y zonas de agua públicos, asegurarse de que haya señalización clara sobre las áreas seguras para zambullirse y educar a todos los participantes sobre los riesgos.
En caso de una lesión por zambullida, es vital actuar rápidamente, evitando mover al lesionado, llamar a los Servicios de Emergencia y mantener la calma. EFE
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