Madrid, 1 ago (EFE).- La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre 6 años y casi 12 años de cárcel a 15 miembros de una red de narcos a la que en 2018 se le intervino un alijo de 4,8 toneladas de cocaína, oculto en un contenedor de bananas en una nave en Málaga y valorado en más de 934 millones de euros.
Según la sentencia, esta organización se dedicaba a introducir en España cocaína entre fruta importada de Costa Rica, así como a la fabricación y venta de drogas sintéticas con productos procedentes de China.
A tres de los 15 condenados, en su mayoría neerlandeses, además de por delitos de narcotráfico, les condena por depósito de armas de guerra, que ocultaban en el doble fondo de un coche hallado en un garaje.
En total, 5 subfusiles con sus respectivos cargadores (3 de ellos con silenciadores), un fusil kalashnikov, dos pistolas, un revólver y 4 granadas de mano, dos montadas y dos sin espoleta. Tanto el subfusil AK 47 como el revolver King Cobra estaban cargados y en condiciones de ser utilizados, indica la sentencia.
Respecto a las granadas de mano, apunta, se trataba de granadas de fragmentación que al explosionar lanzan metralla y se encontraban en perfecto estado de funcionamiento. Además, dos de las cuatro granadas de mano estaban montadas y en condición de ser utilizadas.
La Sala aplica a todos los acusados la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas por los siete años que ha durado la tramitación de la causa, desde su inicio y hasta el dictado de la sentencia, y absuelve a tres de los acusados.
Impone las penas más altas a los dos líderes de la organización, Marco Conrnelius Huijsman y Hans Leendert Martinus Verheij. Al primero le condena a 11 años y 11 meses de cárcel por tráfico de drogas y falsedad en documento oficial y al segundo a 11 años y medio por el primero de los delitos.
A ambos se les impone el pago del triple del valor de la cocaína aprehendida, que se estima que es de 934.314.469,94 euros.
Introducción de cocaína y fabricación de drogas sintéticas
Según los hechos probados, en 2018, los acusados pertenecían a una organización que se dedicaba a introducir cocaína en España camuflada entre fruta importada de Costa Rica, a través del puerto de Setúbal (Portugal), desde donde la transportaban hasta la provincia de Málaga para distribuirla.
También se dedicaban a la fabricación, distribución y venta de drogas sintéticas, para lo que utilizaban productos que importaban de China y que almacenaban hasta la fabricación de la droga, concretamente MDMA y MDA.
Para desarrollar esta actividad, la organización contaba con un entramado societario, vehículos, naves industriales, viviendas, locales y garajes.
Así, la sociedad «Renxportim, S.L.», fue utilizada para introducir cocaína desde Costa Rica a España, y fue la destinataria del contenedor que partió a bordo del buque Cala Pedra, el 10 de octubre de 2018, con 4.855 paquetes de cocaína camuflados entre bananas.
La sentencia describe todo el proceso de introducción de la cocaína en España hasta su traslado a la nave de Málaga, que fue asaltada por miembros de los GAR de la Guardia Civil la madrugada en que fue intervenido el citado alijo de cocaína con una pureza superior al 80 %.
El Tribunal destaca la gran capacidad delictiva de la organización habida cuenta de la diversidad de sustancias estupefacientes a cuyo tráfico y fabricación se dedicaba en cantidades muy elevadas, así como los numerosos medios materiales con que contaba, como vehículos, inmuebles, sociedades y teléfonos.
Este negocio, apuntan los jueces, “era muy lucrativo atendidas las condiciones de vida de sus miembros, que disfrutaban de viviendas y vehículos de lujo o relojes y joyas de elevado precio”.