Condenan a cadena perpetua a dos australianos por la paliza mortal a un menor indígena

ARCHIVE - Sydney (Australia), 02/07/2023.- Supporters hold placards during a 'Yes23' community event in support of an Indigenous Voice to Parliament, in Sydney, New South Wales, Australia, 02 July 2023. Thousands rallied in Australia on 02 July in support of the Indigenous voice. A referendum later this year will seek to amend the country's constitution by creating the 'Aboriginal and Torres Strait Islander Voice' to represent Indigenous Australians to the parliament and federal government on matters of Indigenous affairs. (Estados Unidos) EFE/EPA/BIANCA DE MARCHI AUSTRALIA AND NEW ZEALAND OUT

Bangkok, 27 jun (EFE).- Un tribunal de Australia condenó este viernes a cadena perpetua a dos hombres hallados culpables del asesinato de Cassius Turvey, un adolescente indígena de 15 años que murió en 2022 tras recibir una paliza, un caso que generó indignación en el país austral por considerarse un crimen racial.

«Tu ataque fue consistente y sostenido (…) ni siquiera tuviste un pequeño (lapso) de contención», dijo durante la vista el magistrado Peter Quinlan, del Tribunal Supremo de Australia Occidental, al acusado Jack Brearley, recoge el canal público ABC.

Brearley, de 24 años, y su cómplice, Brodie Palmer, de 30, fueron condenados a la cadena perpetua, sin posibilidad de libertad bajo fianza en los próximos 22 y 18 años, respectivamente.

El juez aseguró que, a pesar de que Palmer no golpeó físicamente a Cassius, este era «igual de responsable» por su muerte.

Un tercer implicado, Mitchell Forth, fue condenado a 12 años de prisión por homicidio involuntario.

En mayo, el tribunal encontró culpable al trío por el asesinato del adolescente aborigen.

El violento asalto sucedió el 13 de octubre de 2022, a la salida del colegio del adolescente, quien tras recibir una paliza y ser golpeado con una barra metálica en la ciudad de Perth falleció diez días después.

El caso de la muerte de Cassius «claramente tiene una motivación racial», declaró ante los medios el 28 de octubre el primer ministro australiano, Anthony Albanese.

A la indignación por el asesinato se sumó la polémica tras la declaración pública del comisionado de la Policía de la región de Australia Occidental, Col Blanch, quien argumentó que el chico estuvo «en el lugar equivocado y en el momento equivocado», durante una entrevista radiofónica.

Los indígenas australianos, que representan el 3,2 % de la población de más de 35 millones que tiene Australia, han sido víctimas de constante maltrato desde la colonización, además de ser desposeídos de sus tierras y discriminados sistemáticamente por las instituciones, organizaciones y la sociedad en general. EFE

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