Confirman 50 años de prisión para un joven que intentó matar a su novia menor de edad

Imagen de archivo (14/03/2021) de la fachada del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).
EFE/Mariscal

Madrid, 31 jul (EFE).- El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha confirmado la pena de casi 50 años de prisión impuesta a un joven que intentó matar en 2021 a su novia, cuando esta era menor de edad, a la que mantuvo encerrada 35 días durante los que la pegó palizas continuadas y violó en varias ocasiones en dos viviendas de la localidad madrileña de Fuenlabrada.

En una sentencia el TSJM desestima el recurso del condenado, E.H., contra la resolución de la Audiencia Provincial de Madrid, que le impuso dicha pena por intento de asesinato con las circunstancias agravantes de parentesco y de género, agresión sexual, malos tratos físicos y psíquicos habituales, trato degradante, lesiones, amenazas y detención ilegal.

El TSJM confirma también la prohibición de que el condenado se aproxime a menos de 500 metros a la víctima y que la indemnice con algo más de 200.000 euros, así como la pena de 20 años de inhabilitación para cualquier profesión, oficio o actividades que conlleven contacto regular y directo con personas menores de edad.

La Audiencia declaró probado que en octubre de 2021 el condenado, que entonces tenía 19 años, propuso a su pareja convivir durante unos días en la residencia de su padre, en Fuenlabrada, lo que la víctima, de 16 años en el momento de los hechos, aceptó sin comunicárselo a sus progenitores «convencida de que dicha estancia duraría poco».

Fue entonces cuando el condenado «aprovechándose» de la edad de su pareja y de su relación sentimental, desplegó una situación de poder durante 35 días en los que agredió sexual y físicamente a la víctima, sometiéndola a continuos controles para aislarla e impedir que saliera de las habitaciones donde se hospedaba, «con el único propósito de anular su libertad».

Los malos tratos comenzaron cuando E.H. la registró el teléfono móvil, en el que descubrió una conversación que le llevó a pensar que ella había mantenido relaciones sexuales con otro hombre y la pegó por primera vez diciéndole que «era una fácil, puta».

Las agresiones físicas y sexuales aumentaron progresivamente, ya que el acusado empezó a utilizar objetos para causarle mayor dolor.

Casi dos semanas después, E.H. llevó a la joven a otra casa de Fuenlabrada, en la que alquiló una habitación, donde a partir del segundo día la retuvo para que no se comunicara con los otros ocupantes del piso -dos hermanos y la pareja de uno de ellos-, en el que permanecieron hasta el 23 de noviembre.

Ese día, al límite de sus fuerzas, la víctima consiguió zafarse de su agresor y alertar a sus compañeros de piso, que actuaron ante la situación, siempre según los hechos declarados probados por la Audiencia.

El TSJM desestima el recurso interpuesto por el condenado, que pidió ser absuelto al estimar que no existe suficiente prueba de cargo para condenarle y que alegó que recordaba «vagamente» los hechos porque había consumido alcohol y cocaína.

La sentencia del TSJM rechaza el recurso que califica como un «irritante sarcasmo», al apreciar pruebas de cargo suficientes para la condena.